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Empresas colombianas deben invertir más en los mandos medios y menos en los cargos altos

Paco Muro es un hombre sencillo en el trato y contundente con su discurso, no se va con rodeos. Hace ver fácil la idea de liderar con éxito cualquier proyecto. Él también dice que el secreto está en conocer lo simple, pero para ello se requiere entrenamiento. Muro, es un reconocido colaborador y conferencista español que ha participado en diversos foros económicos y empresariales. Tiene en su haber la autoría de cincos best-sellers sobre temas empresariales que han sido traducidos a varios idiomas. No por nada goza fama de ser uno de los más importantes expertos internacionales en management y ventas. En la actualidad es el presidente ejecutivo y socio fundador de Otto Walter, consultora internacional que habla sobre métodos para ser un buen líder. Paco habló en UNIMINUTO Radio sobre las estrategias que deberían implementar las empresas colombianas para lograr el éxito empresarial.

Jorge Mario: Paco, ¿cuánto lleva usted radicado en el país?

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Paco Muro: Llevo tres años y medio desde que vine la primera vez. No paro, esta semana estaré en Bogotá, el miércoles voy a Buenos Aires, el jueves para Santiago de Chile y el domingo para México.

JM: Usted visita cada uno de los países donde se demanda entrenamiento de liderazgo, ¿verdad?

PM: Si, hay mucha fuerza con ganas de mejorar en Latinoamérica y aquí estamos para ayudar.

JM: Yo pienso en líderes de empresas de comunicaciones y tecnología como Steve Jobs, de quien se tiene registros bibliográficos y periodísticos que indican que era un genio pero pésimo en el trato con personas. Entonces, ¿para ser buen líder no se necesita ser buena persona?

PM: Steve Jobs de líder no era nada, era un buen inventor. No es lo mismo. Se confunde muchas veces a alguien de liderazgo social con liderazgo de dirigir a las personas día a día. Ser jefe sin molestar es imposible, es como ser padre de un adolescente sin molestarlo, es decir no vas a poder. Lo que pasa es que hay que hacerlo bien. El líder es alguien al que se sigue y que consigue que le sigan y que le respeten, no alguien que se le obedece. Hoy en el siglo XXI no se le manda a nadie pues no da mucho de sí, hace que la gente de lo mínimo y necesitamos que dé lo máximo, y eso es voluntario.

JM: ¿Es decir que ser un buen líder está relacionado con la calidad de persona de ese mismo líder?

PM: Por lo menos tener una calidad de jefatura directiva. Uno puede tener resultados siendo un poco bestia, pero nunca tendrá los máximos resultados siendo así. Una buena persona que dirige bien es la mejor combinación, pero una buena persona que dirija flojo no nos va a llevar al éxito. Ese equilibrio es muy difícil porque el ser jefe tiene su arte, eso hay que perfeccionarlo, trabajarlo y tiene su disciplina. Antes el jefe hacía lo que quería, en total era el jefe, ahora no, en el siglo XXI el jefe debe hacer lo que debe hacer y a la altura de lo que el equipo espera de él, sino, se queda solo.

JM: Usted es líder en la empresa Otto Walter, ¿de qué se trata y qué es lo que hace en Latinoamérica?

PM: Otto Walter es un método que creamos hace 25 años. Lo que hace es ayudar a los jefes para que dirijan bien porque nadie aprende a ser jefe. Un día lo ponen a dirigir a alguien y hace lo que buenamente sabe hacer, la mayoría de jefes hacen así, dirigen lo que saben y pueden.

Nosotros ayudamos a que cada uno encuentre la forma de hacer las cosas bien, pero por uno mismo, el único que te cambia a estas alturas eres tú, no te va a cambiar nadie por más que te de la mejor conferencia del mundo. El proceso es que durante cuatro meses vivas las experiencias necesarias para que te des cuenta qué es lo que funciona y qué no, son pequeñas cosas que lo cambian todo y en dirección a las personas hay que cambiarlo y ajustarlo.

Nos dedicamos a que los jefes entiendan eso y hagan esa jefatura que todos quieren tener, porque no conozco a ningún jefe que no quiera ser bueno, lo que conozco es que muchos no se enteran de qué es eso de ser buen jefe.

Karen Cartagena: ¿Este método aplica también para las micro empresas?

PM: Toda empresa se mueve por un jefe, hasta la radio. Hace poco estaba visitando un pequeña empresa acá en Bogotá, con diez empleados y el dueño me comentaba que le habían ofrecido una máquina nueva que sustituiría a  cinco de las persona que trabajan allí, y comentó que quería quedarse con estas cinco personas porque su apuesta es por la gente.  Como tantos empresarios hay una mala fama de ellos y al final el empresario es el empleador. Un año después me encontré con ese empresario, finalmente compró la máquina en contra de su voluntad porque los conflictos que se han vivido con los cinco empleados han sido de tal magnitud que no ha podido aguantar más. No había manera de trabajar en equipo y que se pusieran de acuerdo, sabían que tenían en juego su puesto, por más que el empresario intentó apostar por ellos se pusieron imposibles.

Al final siempre hay un jefe que debe marcar el rumbo,  si la empresa es pequeña o grande es prácticamente igual, los fallos en la jefatura son los mismos en las grandes y las pequeñas, se falla en lo básico porque lo básico no es tan fácil, lo que es fácil es saltarse lo básico, eso es lo más fácil del mundo, no sentarse hablar con la gente, no concretar bien, no marcar bien las prioridades y no ocuparse de las personas, eso es muy fácil saltarlo y luego resulta que te has quedado sin equipo.

JM:   Usted ahora es líder de esta compañía pero entiendo que, para construir el método Otto Walter, tuvo que vivir sus experiencias previas para luego ofrecerlas. ¿Qué fue lo que le permitió llegar a este punto?

PM: Yo soy el que lidera la empresa, hago lo que puedo como todos los demás, intento hacer mi mejor esfuerzo y aplicar: “Cumple tu primero por encima de todo”. Uno se cree lo que es pero el equipo es el que tiene que decir realmente dónde está el jefe. Tuve la oportunidad de entrar en estas metodologías en Suiza y Austria y aprender métodos de ese tipo y lo que hice fue conjugar todo el tema que había y hacerlo en un esquema más latino. En los latinos, la relación entre las personas importa, en el mundo germano uno puede estar trabajando cinco años con un compañero y no sabe, ni siquiera, si está casado. Aquí si llevas diez minutos y no le has preguntado uno pregunta: ¿Qué pasa contigo?

Hay cosas diferentes y no importa la relación, la mayoría de la relación jefe y colaborador puede ser por puro trato, por falta de interés, la mayoría de la gente rota por problemas con el jefe no por problemas con la empresa, ya no se aguanta eso y se va. Eso hay que cambiarlo, todo esto lo fui descubriendo y viviendo en mis carnes en diversas empresas en las que trabajé. Tuve la oportunidad de juntar todas las piezas para hacer un método muy práctico, sencillo, donde no hay teoría, la gente que viene tiene mucha experiencia, ya ha hecho los cursos que tiene que hacer, alguien tiene que explicarte qué tienes que hacer, qué hay que escuchar y qué hay que hacer equipo. Lo sencillo lo tienes que hacer cada día para que luego pase; cómo se manda, cómo se corrige, cómo se controla, cómo se hace eso bien porque hacerlo mal es facilísimo, motivar es muy complicado, cada persona es un mundo, pero para desmotivar no hace falta ser un experto.

JM: Hablando del escenario colombiano, ¿qué tipo de particularidades tiene el método de liderazgo colombiano?

PM: En Colombia el toque humano es muy importante, se cuida mucho. Acá hay una peculiaridad y es que muchas empresas tienen gerente de felicidad, acá parece normal. ¿Pero un gerente de felicidad? Este es el único país que he visto en el mundo, también es el país del mundo que tiene más mujeres ejerciendo cargos directivos, una cosa espectacular. Aquí hay cosas muy curiosas y muy avanzadas que día a día no aprecias porque no sabes comparar, pero hay muchas, más mujeres directivas que en Francia o en España. Entonces el gerente de felicidad es inaudito, es una cosa específica porque aquí importa eso.

Por otro lado de la balanza hace falta más rigor, más concreción, más firmeza a la hora de pedir las cosas, a veces se confunde la amabilidad y ser riguroso o firme es ser antipático y no tiene que ver. Los colaboradores necesitan saber el camino, dime cuándo lo quieres y para cuándo lo quieres, es firmeza y claridad en la comunicación pero a veces no es sencilla acá por esa cultura de la amabilidad y el trato tan famoso y característico del pueblo colombiano y tan delicioso, pero que a la hora de ‘jefar’ a veces complica las cosas. Son ajustes que hay que hacer, cada uno debe descubrir los procesos de mejora.

Paula Clavijo: ¿Cuál es el principal reto que ustedes tienen como compañía con las empresas colombianas?

PM: Primero es ganarnos el prestigio necesario para que nos crean, porque como toda multinacional cuando uno llega a Colombia: no eres nadie. Hay que asumir que tienes que ganarte el prestigio paso a paso, día a día y éxito a éxito. Uno de los grandes errores que cometen muchas compañías es que vienen acá para creerse porque fuiste líder en donde estás, entonces aquí llegas y te instalas porque eres el número uno. Pues no, acá eres el número mil y tendrás que escalar a base de demostrar tu calidad. Acá uno de esos retos es ganarnos esa confianza que nos dejen ayudar, todo el que usa nuestro método dice que es lo mejor que ha hecho en su vida porque se nota la mejora en la empresa y en la persona. Contarlo lo cuentan todos, demostrarlo lo demuestran pocos, ese es nuestro paso día a día, ir contactando con empresas, pidiendo que nos den la oportunidad de ayudarles y se auto convenzan de por qué les podemos ayudar, eso hay que hacerlo con humildad, esfuerzo, paciencia y perseverancia y como todo negocio que empieza, el método es muy bueno pero hay que demostrarlo.

Jorge Mario: Si las empresas fueron aparentemente exitosas con liderazgos que hoy vemos como no apropiados para este momento, ¿qué fue lo que cambió en el paradigma?

PM: En el siglo XXI actualmente los países desarrollados como Colombia hay un cambio muy importante, es que a la gente no se le puede tratar de cualquier manera. Aquí vemos una rotación de gente brutal, los jóvenes se comprometen donde vale la pena comprometerse, lo que pasa es que los jóvenes no tragan tan fácilmente. Antes, alguien conseguía un trabajo y tenía que vivir agradecido a la empresa que lo contrató. Ahora dicen: y agradecido por qué, yo pongo mi esfuerzo, tu pones tu dinero y estamos en paz.

Hoy dirigimos a voluntarios y la empresa que no entienda que dirige voluntarios está fuera del juego porque las ganas son voluntarias; el compromiso es voluntario; la lealtad es voluntaria y el querer crecer y aprender es voluntario. En el contrato dice que se viene a trabajar por tanta plata no por las ganas, eso se lo tiene que ganar usted. El cambio es brutal porque la gente ahora es independiente, la gente joven está mucho más preparada y exigimos más y queremos un sitio donde valga la pena trabajar porque vivimos muchas horas en el trabajo, entonces no puede ser que el lunes el trabajo sea un drama y el fin de semana tengo para vivir. Un sitio donde yo entienda que hay un buen proyecto, un buen trato, un jefe coherente, que se cuida el clima laboral, que el jefe aparte a los que no merecen estar en el equipo de trabajo. Todas esas cosas hacen que la gente quiera empujar y eso es lo nuevo, antes uno mandaba y los otros obedecían y creía que funcionaba, pero hoy no funciona. Hoy la gente buena se marcha y con la competencia de hoy no permite que se queden los peores y sin ganar, así no hay quien sobreviva. Ese es el reto actual y ahora dirigir personal no es una moda, es que te la juegas o garantizas calidad de dirección en los mandos medios o nada y eso es uno de los retos que hay en Colombia. Se invierte en la alta dirección y en los mandos medios no se invierte mucho, y quien manda en la compañía es el mando medio, no el presidente. El presidente solo toma decisiones estratégicas, el que dirige a las personas está en los mandos medios de la compañía. Me han dicho aquí algunas cosas, por ejemplo: ¡cómo van a invertir en un supervisor entre mil o dos mil dólares si solo es un supervisor! Y le digo: cuántas personas tiene a su cargo y me responde que treinta. Entonces cómo no invertir en calidad de dirección en un supervisor que tiene a su cargo treinta mientras que el director financiero tan solo tres. Las empresas que entiendan eso avanzarán mucho más rápido.

Karen Cartagena: Paco me doy cuenta en la conversación que, para ejercer un buen liderazgo, se necesita de cosas sencillas que pasamos por alto y el resultado se ve en la cadena productiva de errores. Cuéntenos desde su experiencia cinco consejos que puedan aplicar los emprendedores

PM: Una de las cosas muy comunes es que los jefes no se dan cuenta de cómo entran en la mañana a trabajar; entras con ganas o no entras con ganas, todo el equipo está pendiente de ti. Entonces entra con ganas, entra alegre, por tanto entra fuerte, con alegría, que las personas digan que tenemos mil problemas pero veo al jefe muy tranquilo y con ganas.

El segundo es que se fije en las personas, que le importen de verdad las personas. Ocúpate de ellos, siéntate con ellos. En este mundo digital de hoy estamos con el Whatsapp todo el día y mandas emails a las personas que tienes a diez metros. El liderazgo se hace cara a cara y las conversaciones importantes se hacen cara a cara.

Otra cosa muy importante es que hagan un seguimiento hacia adelante. Normalmente el jefe, por la presión del resultado, no tiene tiempo y tiene que orientarse a ayudar, ese es el trabajo del jefe.

El siguiente es que se ocupe de formar a su gente. Todo el mundo necesita guía, nadie sabe todos los procesos. Ocúpate que todo tu equipo sepa lo que tiene que hacer, que sepa lo que es importante y más lecciones y menos regaños. La gente comete errores porque no sabía, pues enséñale, anímale. Esos son los consejos, cuida lo pequeño, cuida el email, cuidado con el Whatsapp y cuidado con lo que pones por escrito, ponle calidad y ponle cariño.

Busca a tu gente haciendo algo bien y cuéntaselo, que no parezca que ves siempre todo lo malo, dirigir no es ver lo malo, dirigir es ver todo lo que hace la gente. El jefe antes miraba mucho el esfuerzo o la apariencia de esfuerzo. El jefe actual mira la eficacia, el que hace lo correcto de la manera correcta y eso significa fijarse en lo que hace el equipo. El problema de los jefes es que tiene que ser jefes mientras hacen su trabajo porque el jefe es tres o cuatro personas a la vez, siempre hay algo que hacer por delante y te olvidas de ser jefe.  El jefe debe hacer lo que tiene que hacer, que es dirigir.

| Nota del editor *

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