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La lideresa social de Ambulua

Buenaventura ha parido líderes y lideresas, quienes han sabido llevar a su pueblo al autorreconocimiento, para que juntos se movilicen activamente hacia la participación política.

Por Daniela Henao Masso y Jorge Orozco Holguín. Observatorio de Dignidad Humana de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium.

De hecho, muchos líderes descubrieron en la movilización política, la mejor herramienta para que la comunidad afro eleve su voz y se ubique dentro del panorama nacional como un pueblo digno que debe construir paz a través de acciones concretas de formación integral a la población. Tal es el caso de la lideresa Aura Dalia Caicedo Valencia, mujer negra que ama sus raíces, su esencia afrocolombiana y lucha incansablemente por visibilizar especialmente a las mujeres, promoviendo una lucha netamente pacífica en contra de la discriminación, para que haya espacios de educación continua mediante diplomados, seminarios en los que están intrínsecos los actos culturales propios de la comunidad Afrocolombiana.

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“Soy Aura Dalia, una persona como tú. La fuerza de nuestros territorios ancestrales me ha permitido entender que debemos abrir un camino de trocha para la transformación del país. Quiero ser instrumento al servicio del pueblo”, explica Aura Dalia.

Hablar de Aura Dalia apasiona, porque quien la conoce sabe que ella vino al mundo para hacerles abrir los ojos a quienes se enceguecen y se estacionan en la aceptación de conductas de exclusión social y de sumisión ante un poder dictador. Ella pertenece a esa corriente de mujeres afro con procesos de empoderamiento, creadoras de La Red de Mujeres Afrocolombianas Kambirí. En 2015 Aura Dalia llegó a Antioquia movilizando la red de mujeres afro, con el propósito de brindar sus aportes al proceso de paz llevado a cabo en la Habana, Cuba.

No es una mujer que se quede en silencio, pero tiene una técnica especial de decir lo que piensa sin que las personas que van en contra de los procesos de reivindicación de los derechos la cataloguen como amenaza. Cantar y danzar es para ella una de las herramientas más útiles en el momento de poner a pensar a las mujeres: ha creado himnos que resaltan los derechos de las mujeres, y que plasma en todas las ceremonias educativas o culturales de la comunidad afro de Colombia.

Tal es el caso del himno de Ambulua, una organización civil que ella lidera desde el Pacífico, en el cual se proclama lo siguiente:

El país nos necesita.
El pueblo lo rectifica
Mujeres organizadas
En pos de mejor conquista

Aura Dalia afirma que sus acciones no provienen de ella sola, sino que son consecuencia del camino por el cual Dios la ha llevado. Y esto lo hace porque desde la década de los años 70 ha continuado el legado de su mentor, Monseñor Gerardo Valencia Cano, catalogado como el Apóstol de la no-violencia, a quien Aura le debe la enseñanza de incentivar la educación para que el pueblo no crezca sumido en la ignorancia sino que levante a la conquista de sus derechos.

La Lideresa ha reconocido en diversas ocasiones que Buenaventura es un pueblo marcado por la violencia de género, por eso, comprende que llevarles educación es su mandato, porque desea tejer confianza entre el mismo género, para que ninguna mujer se haga daño, y pueda alcanzar cambios significativos en su familia, su comunidad y su nación.

Eso es construir paz. Educar para que las mujeres salgan de su cascarón y puedan hablar y ser escuchadas en un espacio organizado, tal como lo es Ambulua.

En el mes de agosto el Observatorio de Dignidad Humana de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium UNICATÓLICA realizó una ceremonia de entrega de reconocimiento académico a un total de 53 estudiantes, de los cuales 51 son mujeres y 2 son hombres. Dicha ceremonia se llevó a cabo en Buenaventura, y estuvo a cargo de Aura Dalia, quien gestionó el Diplomado sobre Participación política de las mujeres populares y diversas para la incidencia y la gobernanza. Desde el principio, la lideresa tocó puertas para que sus estudiantes tuviesen todas las garantías económicas y académicas para llevar a cabo dicho diplomado, ubicando en UNICATÓLICA el apoyo académico y en OXFAM Internacional, el apoyo económico. Como resultado se cumplió con alta calidad el objetivo educativo, formación que tuvo lugar en Buenaventura (Valle del Cauca), en Santander de Quilichao (Cauca) y en Cartagena (Bolívar), en simultáneo.

Ella no se detiene, tanto así que para octubre organizó el Foro Internacional a cuatro años del Decenio de los y las Afrodescendientes- Cali 2018. Estas son las acciones de construcción más amplias a las que los líderes deben llegar, a fin de conquistar la plaza pública para no quedarse en la discusión de lo que requieren sino en las acciones de autopromoción de las capacidades y talentos que cada ser humano tiene, para salir de la idea de ser catalogados víctimas y pasar a ser nuevos líderes y lideresas.

Aura Dalia, no se reconoce a sí misma como lideresa social, tal vez porque este título la puede llevar a convertirse en foco de estigmatización para grupos o sectores que están en contra de la movilización civil, y puede poner en riesgo su vida. O quizá, no lo hace porque ella no se reconoce como una figura mesiánica sino como una profe (como le llaman las mujeres dentro de su comunidad, con la misión de enseñar a otras mujeres a ser lideresas nacionales.

| Nota del editor *

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