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La realidad de la vida laboral de la mujer en Colombia: Entre la universidad y el trabajo hay un gran abismo

Por: 

Realizado por Daniela Velásquez Restrepo.

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Periódico Contexto. Universidad Pontificia Bolivariana UPB.

En el país, las mujeres aportan más estudios a su hoja de vida, pero quienes obtienen el empleo y los salarios altos, son los hombres. Una sociedad que todavía se muestra reacia al cambio, a pesar de la ola de títulos femeninos y los fallidos intentos gubernamentales de mermar las diferencias.

 Los últimos años han sido importantes para la evolución del papel de la mujer en la sociedad, y en general, la equidad de derechos entre géneros. No obstante, persisten problemas para que las condiciones sean realmente equiparables, en la vida laboral colombiana. Las normas que buscan abrir espacios en esos ámbitos para las mujeres, no han tenido el efecto esperado y se han tachado de discriminatorias. Las cifras muestran que, visto desde las tendencias mayoritarias, las mujeres estudian y los hombres trabajan.

La primera mujer que ingresó a la educación superior en Colombia, lo hizo en el año de 1935. Luego, en 1965, la mujer aumentó su presencia en un 23 %, que subiría después al 36 %, en 1975 y, por último, en un 49 %, en el año de 1985; de acuerdo con un informe del proyecto Fortalecimiento de la Equidad de Género en Educación Superior, hecho por la Universidad Central entre 2011 y 2015.

Según el Ministerio de Educación Nacional, por medio del Observatorio Laboral para la Educación (OLE), que hace seguimiento al número de graduados en el país, entre el año 2001 y el 2013, hubo 2 642 709 titulaciones, en instituciones de educación superior; de las cuales, el 45.5 % fueron para los hombres; las mujeres recibieron el 54.5 %. En el año 2017, las mujeres llegaron a dominar cerca del 60%, de la presencia en las universidades, siendo los hombres los mayores desertores.

El crecimiento de las mujeres en la educación superior va más allá del pregrado, los datos del Ministerio de Educación indican que las mujeres corresponden al 60.4 % de los estudiantes de las maestrías y un 61.4 % a las personas matriculadas en los doctorados. Pero las cifras del DANE señalan que, de mayo a julio del año 2017, la tasa de ocupación de los hombres fue de 76.6 % y la de las mujeres del 54. 5 %, una diferencia considerable, que pone en evidencia un problema latente, sobre las dificultades de las mujeres para conseguir empleo.

Leyes por las mujeres, ¿ventaja o desventaja?

 El Gobierno colombiano ha promulgado leyes, en un intento por igualar esta situación, evitar el desequilibrio y la discriminación laboral, por razón del género; entre las cuales se encuentran: la Ley de Cuotas (581 de 2000), la Ley de la Mujer Rural (731 de 2002) o la Ley 823 de 2003. No obstante, algunos analistas interpretan estos mecanismos, como componentes de discriminación, que se sustentan sobre una concesión, pero no sobre una consciencia real de equidad.

Según Claudia Avendaño, historiadora, magíster y doctora en Filosofía: “El problema de las mujeres es pensar en términos de discriminación. La legislación que dice que el 33 % de los cargos públicos deben ser ocupados por mujeres, es discriminación. El cargo se debe dar, no porque haya una legislación, sino por méritos, por ser el más competente y con mayor capacidad”.

Las cifras que publica el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), dan muestra de la poca efectividad de dichas leyes: en el último trimestre del año 2017, la tasa de ocupación de los hombres fue del 70.2 % y del 54.9 % para las mujeres. Según estos mismos datos, en el trimestre de octubre – diciembre del año 2017, para el total nacional, la tasa de desempleo fue del 8.5 %; para las mujeres fue del 11 % y para los hombres fue del 6.6 %.

¿Qué pasa realmente?

 Durante una conferencia en la Universidad Pontificia Bolivariana, sobre el papel de la mujer en el periodismo deportivo, la periodista Liliana Salazar afirmó que la discriminación es mental; ella reconoció la existencia del machismo en un gremio como el que ella integra, pero en su concepto, mientras se tenga el conocimiento, nadie puede contradecirlo, aunque a la hora de cometer un error, especialmente en el periodismo, en las redes sociales van a discriminarte, por el hecho de ser mujer. Concluyó diciendo, que la discriminación existe en el ámbito laboral colombiano, pero no significa que una mujer preparada no pueda conseguir empleo.

Jhon Jaime Osorio, reconocido periodista deportivo colombiano, dijo que, en este tipo de periodismo, las mujeres necesitan prepararse “tres veces más que un hombre, para que le crean”. Los sectores típicamente masculinos son los más reacios a los cambios, cosa que está unida a los factores culturales. Osorio sostuvo que el cambio de esos elementos es lento y requiere un sacrificio particular de la mujer, pues la mejor estrategia para triunfar en labores denominadas masculinas, es la preparación.

Este es uno de los puntos más importantes: mayor preparación significa alargar los estudios. Las desventajas laborales que tiene la mujer, se comprueban con las cifras presentadas antes. La hoja de vida con diferentes títulos es, para las mujeres, el seguro para tener un empleo y un buen futuro.

De acuerdo con el DANE, las cifras de ocupación son más significativas o agudas, en unos sectores que otros; sectores como los de la ganadería, la agricultura y la pesca, se reflejan predominantemente masculinos, situación que, en general, alcanza a los sectores primarios de la economía. Por otro lado, los sectores que tienen que ver con el comercio, la hotelería y los servicios sociales están más abiertos a las mujeres, indicios de que la contratación en el país tiene que ver con las percepciones tradicionales del oficio y la disposición para romper paradigmas o tradiciones.

Según Claudia Avendaño, para un hombre es más fácil salirse de sus estudios y emprender un negocio con éxito. Explica que ello, en parte, se debe a que nuestra sociedad, de diversas maneras, le da la seguridad al hombre de hacer lo que se proponga y a la mujer no. La culpa de la discriminación no es exclusivamente masculina, es cuestión de crianza, de la cual, las encargadas son las mujeres, aclara Avendaño.

Hablemos de feminismo

 Para Alejandra Restrepo, abogada especialista en Derecho Laboral y activista de los derechos de la mujer, es necesario hablar de una nueva ola del feminismo. Según ella: “En el inicio de la defensa de los derechos de la mujer, muchos años atrás, era necesario hablar en términos de leyes que respaldaran la notable discriminación, pero en la actualidad, cuando la educación es un ámbito mayoritariamente femenino, hablamos de unas generaciones capacitadas; ahora necesitamos dejar de lado esas creencias de obligar una empresa a contratar mujeres, únicamente por su sexo, porque nos muestra débiles”.

Y Restrepo complementa: “Cuando tú estás capacitada y eres buena en lo que haces, vas a tener éxito, sin importar que seas mujer. Pensemos en términos de ventaja y no de desventaja, las mujeres somos más responsables y organizadas, una ventaja grande en el ámbito laboral”.

Alejandra Restrepo plantea que la nueva idea del feminismo no está concentrada en la igualdad de géneros, sino en un cambio social, desde las bases culturales; labor que requiere persistencia. Motivo por el cual, las leyes o cualquier otro mecanismo coercitivo, resultan inconvenientes para propiciar un cambio social genuino.

Según la socióloga Patricia Restrepo, el feminismo y los derechos de la mujer tienen que estar enfocados a la defensa de las mujeres, en términos de toma de decisiones, de salud, de eliminar la violencia intrafamiliar incluso hasta de desdibujar los roles establecidos por la sociedad; mas no en conseguir méritos que no han sido ganados. “Las únicas encargadas de cambiar cualquier tipo de discriminación somos nosotras, desde el seno de la familia, criando a los hijos, para que respeten el trabajo de una mujer”, explica la socióloga.

El asunto no es exclusivo de Colombia, en todo el mundo hay corrientes de opinión, que ponen en debate, el real ejercicio de los derechos de las mujeres, entre ellos, la equidad laboral. Un punto frente al cual, desde una industria tan notoria como la del cine, se escuchan voces como la de la actriz Emma Watson, quien, al referirse sobre las oportunidades de hombres y mujeres, y la relación entre ambos en ese sector, dijo: “No hablamos muy a menudo de los hombres siendo presos de estereotipos de géneros, pero puedo ver que existen. Cuando sean libres, las cosas cambiarán para las mujeres como consecuencia natural. Si los hombres no necesitan ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se verán obligadas a ser sumisas. Si los hombres no necesitan controlar, las mujeres no tendrán que ser controladas”.

La relevancia que ha tomado el tema, ha conducido a que en el país existan varias organizaciones que brindan ayuda, información e investigaciones, sobre el papel de la mujer en Colombia. Pero, la mayoría de discusiones todavía están en niveles primarios, la de la igualdad laboral es una de estas, pues se requiere que se reconozcan, claramente, los síntomas de los problemas. Por ejemplo, las mujeres entrevistadas coincidieron en no sentirse discriminadas en sus empleos actuales, pero reconocieron las dificultades para conseguirlos, lo que demuestra que una mujer puede trabajar en numerosas actividades, pero no es la primera opción de contratación.

| Nota del editor *

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