Se cree que la comunidad de los Hadza, ha subsistido en la misma tierra ubicada en el norte de Tanzania, con una dieta basada en bayas, tubérculos y 30 mamíferos diferentes durante estos siglos.
Las personas que hacen parte de ésta comunidad, poseen un talento muy desarrollado para rastrear y encontrar los alimentos que necesitan para vivir, en lugares insospechados para los extraños. Las mujeres son las encargadas de recolectar las bayas y los tubérculos, pilar de su dieta, los hombres por su lado son cazadores. Son una sociedad igualitaria al compartir todo, sin estructuras de liderazgo y compartiendo lo capturado por partes iguales.
La comunidad se alimentan de puercoespines y la cebra, aunque cualquier animal no doméstico que encuentren hace parte de su alimentación, por esto aproximadamente 30 animales hacen parte de su nutrición. La mayor parte del tiempo, la dieta de estas personas es estrictamente vegetariana, compuesta por tubérculos húmedos y frijoles del árbol de baobab, una fruta rica en vitamina C. Explica Dan Saladino, periodista de la BBC, quien compartió con los Hadza en su búsqueda de comida y caza.
Imagen de Jeff Leach, del King’s College de Londres.
Antropólogos han observado por décadas el estilo de vida y alimentación de la tribu, declarando que los Hadza siempre tienen hambre, pero nunca mueren de inanición. Se estima que sobreviven entre 1.000 hombres, mujeres y niños, pero sólo entre 200 y 300 son cazadores-recolectores puros, al no cultivar ningún alimento, ni domesticar ningún animal para su alimentación.
A los Hadza, los agricultores les parecen curiosos y divertidos, dice Saladino, tras la pregunta que le hizo uno de ellos, “¿Por qué pasan días enteros en un campo y esperan semanas o meses por comida cuando se pueden tomar bayas de los arbustos, encontrar suficiente miel para comer hasta hartarse o pasar una hora dentro de la guarida de puercoespín y alimentar a todo un campamento?”.
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La manera en que los Hadza se alimentan, son nuestro último vínculo con las dietas con que los seres humanos evolucionaron y desarrollaron el sistema digestivo y su flora intestinal. El profesor Tim Spector de epidemiología genética en el King College de Londres, asegura que las personas Hadza poseen diversas bacterias en su microbioma asociadas con una buena salud por su forma de alimentación.
Durante los últimos años los agricultores y ganaderos han estado expandiéndose por los territorios de los Hadza, arruinando su entorno natural despejando 160 hectáreas de bosques cada año, despensa de alimentación y sobrevivencia de este pueblo original de Sudáfrica, explica en su investigación Dan Saladino.