Por: Bryan Torres Acosta
La crisis ambiental que provocó el derrame petrolero en el departamento de Santander (quebrada la Lizama, caño Muerto y el Rio Sogamoso) ha generado múltiples voces de movilización y rechazo contra la forma en que los entes gubernamentales manejaron el derrame de crudo más grande que ha ocurrido en Colombia. En solo 4 días se derramaron 121.000 barriles de elementos tóxicos al rio. Solo hasta el 30 de Marzo se logró cerrar el afloramiento, sin embargo, aún no se tiene claridad sobre las causas de esta tragedia ambiental. Los principales afectados con la tragedia fueron los habitantes de los municipios aledaños al rio, además de la flora y la fauna presentes en este ecosistema.
El pasado 5 de Abril, Alexandra Loaysa Bermúdez, coordinadora científica de la Fundación Movimiento Ambientalista Colombiano, estuvo en las Voces en Movimiento conversando acerca del panorama actual luego de un mes de la tragedia, la política económica extractivista, la negligencia de los entes del Estado como la ANLA, el Ministerio del Medio Ambiente y la empresa responsable del pozo, Ecopetrol.
“Luego de 100 años de la primera exploración de petróleo en el país, no tenemos la tecnología suficiente para contrarrestar este tipo de tragedias” afirma Loaysa haciendo referencia a la falta de políticas claras en torno a la exploración y explotación de petróleo en el país. Por otro lado, Camilo Prieto, vocero del Movimiento, estuvo presente en un debate público al cual no asistió el Ministro de Medio Ambiente Luis Murillo, generando aún más cuestionamientos sobre su gestión.
Son muchas las voces de comunidades, organizaciones, asociaciones de pescadores y procesos sociales que hoy se levantan frente al desastre natural en Santander y sus implicaciones de orden social y económico, pero en el fondo, la discusión está en la posibilidad de replantear el modelo económico extractiva, el lugar de los bienes comunes y los privilegios de quienes acumulan capital a costa de la vida y de los intereses de colectivos.