A finales de la década de los años 50 surgió el nadaismo en Colombia.
Gonzalo Arango, Jotamario Arbeláez, Eduardo Escobar, son destacados exponentes de la corriente filosófica que algunos consideraron una versión propia del existencialismo que impulsó Jean Paul Sartre desde Francia en particular, y Europa en general.
Movimientos que surgieron como consecuencia de las devastadoras y nefastas guerras mundiales: expresiones rebeldes, de descontento ante el Establecimiento mundial que imponía su versión del poder. Que lo ejercía más allá de consideraciones solidarias.
En la Feria Internacional del Libro también se dio el espacio para retornar a él con el recuerdo.
Jotamario Arbeláez recordó la mirada sospechosa y descalificadora que generó en tantos aquel movimiento que se extendió a los años 60, 70 y más del siglo pasado, y que se mantiene a través de las plumas de Arbeláez y Escobar en medios de amplia circulación, sin sufrir nunca la edición de contenidos, más allá de pedir desde la dirección de El Tiempo que los “madrazos” no fuesen más de uno por columna.
La recordación de la esencia de ese movimiento que tuvo sus principales exponentes en Cali y Medellín, puede leerse en la Filbo. Son varios títulos los expuestos en anaqueles para interesados de todas las edades.
Pero, cierto es, que los más jóvenes lo desconocen aún más que los mayores. Por tanto, consultamos a un estudiante de periodismo a quien la literatura en general le atrae, y el nadaismo no es la excepción: