Por: Camilo Castillo y Alejandro Sepúlveda
La región de la Orinoquía y sus habitantes han sido testigos del abandono del estado, de la guerra y el despojo de sus tierras por más de 50 años. En esta edición de Voces en Movimiento revisamos la situación de desplazamiento y violencia en este territorio.
“Desplazar y despojar Estrategia para el desarrollo de la Orinoquía”, es el informe elaborado por diversas organizaciones sociales, que presenta una visión detallada de la realidad de las víctimas del conflicto en Meta, Casanare, Vichada y Guaviare. Tales organizaciones convergen en el propósito de denunciar el acaparamiento de baldíos por parte de compañías colombianas y multinacionales para la producción de palma y otras materias primas con el estado como cómplice a través de las ZIDRES, (Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social).
Para hablar del informe contamos con la presencia Viviana Rodríguez, de la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello, Julio Cesar Carvajal de la Vereda Matarratón en Porvenir (Puerto Gaitán) y Juan Carlos Castro de la ASOMUDEM (Asociación de Mujeres Desplazadas del Meta), En Mapiripán. Ambos testigos del despojo y de la violencia, pero también activos en esa lucha permanente por la tierra.
A través de sus relatos dibujaron un breve contexto de esta región asediada históricamente por grupos armados y describieron la situación actual de la subregión de la Altillanura.
Finalmente se pone en evidencia desde el análisis, lo inconveniente de la ley de ZIDRES, como política que incentiva el acaparamiento de tierras, los beneficios a los sectores agro-industriales y la proletarización del trabajo campesino, colocándose como una de las apuestas más avezadas para legalizar el despojo, particularmente en esta región afectada históricamente por los conflictos territoriales, que hoy parecen intensificarse.