En el 2016, cuando se firmó el Acuerdo, la tasa de deforestación según el IDEAM era de un 44% para un total de 178.597 hectáreas taladas. Estas regiones fueron protegidas por un efecto colateral de la lucha del conflicto armado, logrando una estabilidad para los bosques, lamentablemente a un precio humano muy alto. Estos territorios, hoy en día, están en la mira de expansiones agrícolas, mineras, de empresas madereras legales e ilegales y acaparadores de tierra.
En el 2017 las cifras calculadas por el IDEAM eran de 219.973 de hectáreas deforestadas. Estas altas cifras han aumentado en tan solo dos años, luego de que se firmara el Acuerdo de Paz. Antes de que terminara este proceso de firmas para el Acuerdo, en el teatro Colón de Bogotá, se reunieron biólogos, climatólogos, ecólogos e ingenieros forestales de las Universidades de Antioquia, EAFIT, Rosario, Nacional, EIA y las Universidad internacionales de Miami, Exeter de Reino Unido, Purdue y el Instituto Max Plank de Alemania, quienes en Medellín dialogaron sobre los efectos de ese acuerdo en los ecosistemas de Colombia.
Según los investigadores de estas universidades, hay cinco factores que influirán en el futuro ecológico del país y serán el contexto ambiental, la migración de población vulnerable, la efectividad de los instrumentos de policía pública, la disponibilidad de datos científicos y el enfoque del desarrollo social.
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El IDEAM y el grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, calcularon que Colombia será más caliente y las regiones con pocos recursos hídricos como la guajira, se volverán aún más áridas. Aproximadamente para 2080 las temperaturas en el país aumentarán de 3 a 4 grados centígrados.
“Juntos, el calentamiento y los patrones de precipitación alterados probablemente reducirán la productividad y reducirán la capacidad del país para capturar gases de efecto invernadero (GEI)” afirman los investigadores.
El llamado de esta investigación es claro, se necesita frenar la deforestación y reducir la emisión de los gases tipo invernadero, por tanto, las decisiones deben ser tomadas desde el gobierno nacional, invitando a la participación ciudadana para enfrentar hacia el futuro un escenario climático realmente difícil en el país en unos pocos años.