“Estoy siendo responsable conmigo y con una ciudadanía, porque yo sí creo que la vida privada de un personaje público deber ser conocida. Yo no escogí este momento. Hasta este momento Hollman no ha sido notificado de nada de mi parte, pero yo sí he recibido varias notificaciones legales de parte de él”, expresó Patricia Casas a la W Radio.
Con esto, Casas se refiere a unas citaciones que recibió por parte de la Comisaría de Familia, esto fue lo que la impulsó a sacar a la luz los problemas internos que sostiene con el actual concejal de Bogotá desde su separación.
“Yo no estoy dañando la carrera política de Hollman. No estoy aquí con esa intención. De hecho, parto de un principio que me libera y es que yo no decidí los tiempos. Los tiempos los decidió Hollman, los procesos judiciales los decidió Hollman y las maneras y las formas las decidió Hollman. Yo simplemente estoy respondiendo con un derecho que tengo a la defensa”, sostuvo Casas.
Casas aseguró que lleva mucho tiempo enfrentándose a grandes deudas, cobros jurídicos, cortes de luz, e incluso ha tenido que pasar hambre. “En mi casa ha faltado el alimento, el colegio de mi hija, asume su alimentación, ella le contó a un profesor y ellos toman la decisión de encargarse de la comida y de los útiles escolares”.
La mujer sostuvo que Morris por ser un personaje público, tiene una responsabilidad inmesa y por lo tanto debe “funcionar con una doble vida”, ya que que marcha a favor de los derechos de las mujeres, mientras ha sometido “emocional y económicamente” a su ex esposa.
“Para mí no es absolutamente coherente que uno esté marchando en las calles a favor de los estudiantes de la educación pública, pero su hija no tenga libros y los recursos que necesita para estudiar”, expresó Casas.
Casas recordó que durante el tiempo que ella estuvo casada con Morris (20 años) lo apoyó en su vida política, especialmente en su candidatura al Concejo de Bogotá, en la que lo acompañó a marchas y reuniones junto con sus hijos.
Relató también, que el precandidato a la Alcaldía de Bogotá ha llevado una vida llena de adicciones, excesos nocturnos e infidelidades y acerca de Contravía, un programa periodístico que, de acuerdo a Casas, ambos crearon y se convirtió en un lugar para “la rumba, las drogas y las prostitutas”.