Darío Acevedo Carmona es un historiador, columnista, profesor de la Universidad de Antioquia, doctor en Historia de la Universidad de Huelva, en España y magister en Historia e historiador de la Universidad Nacional de Colombia. Sin duda un hombre con todas las credenciales para recibir tan importante designación.
Acevedo asumirá la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica, tras la polémica suscitada con Vicente Torrijos, quien argumentó tener unos estudios que no resultaron ciertos, por tal razón en diciembre del año pasado, Torrijos renunció al cargo.
“Declino esta designación pues las infundadas, injustas y tendenciosas informaciones que han circulado en los medios de comunicación y en las redes sociales, han afectado mi buen nombre y le están causando molestias a su gobierno”, decía uno de los apartes de la carta.
Acevedo fue director del Área Curricular de Ciencias Humanas y Sociales, y de los posgrados de Historia en la Universidad Nacional de Medellín, en enero de 2011 y junio de 2012. También fue vicedecano académico en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Nacional de Medellín, entre junio de 2013 a julio de 2014 y entre julio de 2015 y junio de 2017.
Con credenciales académicas pero tiene cuestionamientos
De acuerdo con un documento firmado por la Fundación Paz y Reconciliación, este profesor emérito de la Universidad Nacional ha llegado a afirmar que la Comisión de la Verdad “es fruto del interés político de las guerrillas por imponer una explicación justificadora de sus aventuras y crímenes en ropaje académico”.
En el artículo de la Fundación se lee lo siguiente (Ver completo): “Dario Acevedo se suma la lista de personas, todas con marcada tendencia uribista y negacionistas de los crímenes de Estado, que Iván Duque ha pretendido poner a cargo de la entidad. (…) También se ha despachado contra la Jurisdicción Especial para la Paz, los Acuerdos de Paz, el movimiento estudiantil y toda movilización social y política que no lleve la marca del uribismo. Incluso, ha escrito sobre el papel que jugó la sociedad en el hecho de que ni Pacheco ni Quemba ni Torrijos hubiesen sido nombrados en el CNMH, afirmando que lo que se tiene es un “veto” contra personas que piensen distinto al exdirector de la entidad, Gónzalo Sánchez, a quien le cuestiona su trabajo académico.