En el lugar que fue adaptado por la Alcaldía de Bogotá para refugiar a los venezolanos que estaban viviendo alrededores de la terminal de transportes del Salitre, aún quedan 143 personas que deberán salir, ya que el compromiso que se había hecho con la Alcaldía fue que su estancia era temporal.
“La Secretaría de Integración Social firmó un acta de compromiso con los migrantes, que indicaba un plazo máximo hasta el 15 de enero para que se desmontara el campamento”, señaló Liliana Pulido, secretaria de Integración Social.
Durante los dos meses de su estancia, la Secretaría de Integración Social se ha encargado de brindar talleres de socialización para que los núcleos familiares se devuelvan a su país natal o tomen un rumbo diferente.
“Tenemos un énfasis muy fuerte en la oferta institucional para que esta población retorne a su país de origen, Venezuela, se muevan por las principales vías intermedias del país en coordinación con la Cancillería y Migración Colombia o para que se muevan hacia otros países en donde tienen otros contactos”, aseguró Daniel Mora, subdirector de Integración Social.
Adicional a esto, se les brindó también jornadas de vacunación, ferias de empleabilidad, orientación de trámites migratorios y actividades pedagógicas para los menores.
“Les dimos un apoyo jurídico a fin de que sepan cuál es el procedimiento y ruta de atención para que se puedan movilizar por Colombia. Además, con el Ejército Nacional y la Secretaría de Desarrollo Económico los capacitamos y les dimos certificación para procesos de inclusión laboral. En el momento hemos vinculado a 50 personas con empresas para que trabajen”, señaló Daniel Mora.
Hasta el momento, todavía quedan 44 carpas, en donde se refugian 143 personas, dentro de ellas 31 menores y dos madres gestantes.