Jair Duque es magíster en investigación social educativa de la Universidad Pedagógica, docente de Uniminuto, padre de familia y un ser humano que ha logrado dejar huella en cada una de las personas que han estado en su camino. Desde su ejercicio académico permeó a estudiantes, docentes y directivos de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, por tal razón el programa radial El Puente y la Dirección de Investigaciones, abren un espacio para homenajear a un hombre que da aportes a la filosofía desde su experiencia de vida.
En esta ocasión se desarrolló un conversatorio entorno a las contribuciones no solo académicas, sino también personales de Jair a cada uno de los integrantes de la mesa de trabajo, así mismo, se buscó destacar su comprometida labor frente a la praxeología y su admirable desempeño como docente.
Según El padre Carlos Juliao, la comprensión de la praxeología nace en el interior de la academia, es una forma de vida y de ejercer nuestras prácticas de manera reflexiva como personas actantes, es así como se puede decir que: “en la vida se nos va la vida”. Este proceso fue iniciado por el padre Carlos y Jair a mediados de 1994, en este contexto las posibilidades de conceptualizar se limitaban a intuiciones, por lo que no se evidenciaba que detrás de la obra del minuto habría acciones que le otorgaban sentido al ejercicio praxeológico. En esta medida, el docente Jair Duque tuvo y tiene la capacidad de entrar a la vida de cada quien, para generar una mirada crítica, desde aquí se puede decir que la praxeología es vida, su enfoque se construye a partir de historias cotidianas que hacen parte de nuestra sociedad, en este caso de alumnos y compañeros de Jair.
Reflejo de estas historias de vida se evidencian en los años de amistad, en la construcción permanente de comunidad sin necesidad de conceptualizar el tema y en el descubrimiento de la perspectiva política de la vida, visto como un espacio de libertad, de crítica y de prácticas cotidianas, en las que se incluye todo aquello que nos rodea.
Es importante reconocer que en la praxeología, el papel de la comunicación popular logra ampliar la visión, ya que en está convergen diferentes saberes, se destacan nuevos roles, en los que los maestros observan los efectos producidos en él y en su entorno, con base en su experiencia pedagógica; De aquí que hablar de esta experiencia a la luz de la praxeología, implica una verdadera práctica de transformación de las subjetividades y precisamente este papel fue cumplido por Jair, que fue quién motivo a muchos de los participantes del diálogo a construir historias de vida propias, lo que permitió reflexionar sobre el curso y conformación de su identidad como profesionales y del replanteamiento constante de aquello que llamamos vida.
Jair comúnmente toma nota de todo aquello de lo que se habla, menciona que le toma huella a la vida, lo que se nota al hablar de la comunidad de la cual hace parte, alumnos, compañeros, amigos y seres queridos a los cuales constantemente enfrenta sobre diversos puntos de vista y mantiene en la incertidumbre de la vida social. Jair es un ejemplo de un ser honesto, comprometido, leal y humilde frente al conocimiento, un hombre que hace lectura crítica basado en lo real, por ello lleva el periódico día a día a clase, hasta el punto de convertirlo en un texto guía, haciendo praxeología desde su propia realidad, desde un rol activo en sociedad y reconociendo que a través de la historia se transforma y que mediante la pedagogía se hace vida su epistemología.
Por último, se logra entender cómo el ejercicio praxeológico se convierte en un proceso mental que le sirve a un sujeto para adaptarse a cada situación que se le presente en el ejercicio de su profesión y su vida, por ello se convierte en un permanente diálogo entre el sujeto y la realidad a la cual se encuentre atado. Es así como se evidencia la constante influencia en el pensar y a la par el actuar de aquellas personas que rodean al profesor Jair, pues él es un hombre que constantemente está generando cuestionamientos para nuestra vida, que nos saca de nuestro sitio de confort y nos enfrenta con la realidad que tanto nos pesa llevar, un hombre que entiende que “la educación difícilmente puede ir separada de un deseo de progreso hacia una mayor perfección” y que solo a partir de nuestra historia se crea vida.