En el corazón de Colombia, ahí, en ese punto exacto se ubica el Magdalena Medio. Y en él, Simití.
Es el sur de Bolívar.
En inmediaciones de la Serranía de San Lucas, e igual al lado de las ciénagas, de esos cuerpos de agua de enorme riqueza natural.
Con una suma de culturas que incluye a Bolívar por supuesto, pero también a Santander, a Boyacá y gentes a los que la guerra del pasado juntó en este sitio, que, ya dijimos, es el corazón de Colombia.
Allí se llevará a cabo el proyecto co-gestionado por las comunidades de diez municipios de la región del Sur de Bolívar y un pedacito de Santander.
En comunidades que, en su vida cotidiana, con espontaneidad y humildad, repiten la alegría del Carnaval de Barranquilla.
A lo que suman la poesía, la historia, los cuenteros, al sonido de tamboras y gigantonas, los teatreros, los lamentos que se entonan como canciones de cuna pero también como el adiós en los funerales.
Un proyecto que, como lo dice el titular, incluirá tareas de producción agropecuaria, pero también de educación y cultura, afianzando ese tema fundamental como es la Paz Territorial. Esa paz por construir aún entre empresas pero también entre familias.
Un proyecto que cuenta con el soporte institucional de la Universidad Minuto de Dios y el programa Soy Paz, además del Proyecto de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, que durante tantos años estuvo dirigido por el sacerdote jesuita Francisco De Roux.
Esta experiencia que iniciará en una primera fase en 2019 es el tema de hoy en Espacio de Opinión.
Una experiencia que desde esta introducción conocemos por Amparo Cadavid, quien fuera decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Uniminuto, pero quien también estuvo vinculada durante un largo periodo al Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
Entre otros trabajos que dan cuenta de su cercanía inmensa y amorosa con las comunidades afectadas por la guerra, y que ahora, en este periodo del postconflicto, le apuestan a la paz. A continuación, la conversación con Amparo Cadavid Bringe: