El Gobierno de Venezuela acusó a Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú de estar detrás de planes desabilitadores comandados por Estados Unidos para ponerle fin a la revolución bolivariana.
“Continúa la arremetida de un grupo gobiernos satélites subordinados a los planes imperialistas estadounidenses, que alimentan el obsesivo objetivo de poner en marcha una trama desestabilizadora contra la legítima institucionalidad democrática venezolana”, según un comunicado oficial.
Además, agrega que los gobiernos de los 11 países latinoamericanos “han venido dando marchas y contramarchas mediante declaraciones y comunicados (..) en relación con sus peculiares interpretaciones del ordenamiento jurídico venezolano, pretendiendo arrogarse ilegalmente la potestad de determinar la legitimidad de las instituciones venezolanas”.