Esta imagen no es propiedad de UNIMINUTO Radio. Fue utilizada para ilustrar el artículo. Foto: El Espectador

Las cámaras y micrófonos se han ido, el polvo ha desaparecido y las luces se han apagado. Decenas de personas han vuelto en unidades móviles a sus ciudades de origen con todos esos artilugios que proyectan la magia en los televisores y Armenia ha quedado en la oscuridad. La luz del sol apenas si alcanza a entrar por las ventanas al asentarse el polvo que dejaron los escombros, y ahí quedaron los sobrevivientes de una de las tragedias naturales más conmovedoras de Colombia.

El 25 de enero de 1999 es un día en el que la tierra colombiana rugió. La querendona, trasnochadora y morena, Pereira, fue en principio la ciudad que robó la atención del gobierno nacional que pensó que el epicentro de semejante movimiento había sido la “perla del Otún”. Luego de la negativa confirmada, rápidamente viró su mirada a la ciudad de las puertas abiertas, Manizales, la misma que salió invicta de la tragedia de Armero, confirmaba nuevamente su fortuna. Pero su otra vecina, Armenia, la ciudad Milagro, anticipó con su apelativo lo que vendría después del terremoto.

Armenia es un milagro en pie después de esa tarde, y lo sigue siendo gracias a la generosidad humana, que destinó miles de millones de pesos de inversión para su recuperación, pero que según algunos estudios y personas, no fueron suficientes.

De acuerdo con las cifras suministradas por el Departamento para la Prosperidad Social, DPS, entidad que asumió desde enero de 2003 los derechos y obligaciones del liquidado FOREC (Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero), se invirtieron en total 1.6 billones de pesos para la reconstrucción del Eje Cafetero. Dicho fondo tenía como fin la reconstrucción de 28 municipios, de cinco departamentos afectados por la tragedia desde los ejes de vivienda, fortalecimiento del tejido social, reactivación económica, recuperación ambiental y políticas públicas.

Los cuestionamientos que se han hecho a dicho fondo son de distinto origen, los hay desde el ciudadano de a pie que dice que el dinero se fue a bolsillos corruptos, hasta universidades que han documentado y analizado el modelo en distintos frentes y aseguran que si bien el FOREC fue eficiente, no le alcanzó para ser modelo prototipo, pues pecó por dar prioridad al sector privado sobre lo público.

Empresario y excandidato a la alcaldía de Armenia. Esta imagen no es propiedad de UNIMINUTO Radio. Fue utilizada para ilustrar el artículo. Foto: La Crónica del Quindío

José Manuel Ríos, ex candidato a la alcaldía de Armenia, y quien en el día del terremoto, era el cajero de la única oficina del Banco de Occidente de esa ciudad, es contundente al decir que el sector financiero fue importante para impulsar las economías de la región, “incluso para congelar deudas hipotecarias porque la empresa privada fue solidaria y generosa”.

Entrevista con José Manuel Ríos.

Y al mismo tiempo no titubea en reconocer que muchas ONG´s y proyectos destinados a la construcción, sirvieron para enriquecimientos personales, “por ejemplo en el centro de la ciudad, los parqueaderos al aire libre son sitios que nunca se reconstruyeron, teniendo plata para ello (…) sin duda algo falló”.

Andrés Pastrana, presidente de Colombia para la época, piensa diferente, en diálogo con este medio dijo “que no hubo un solo acto de corrupción”, según él, “trataron de enlodar a los miembros de la junta directiva del FOREC, pero todos salieron absolutamente inocentes”.

Tiene razón el expresidente, porque en efecto a Luis Carlos Villegas, gerente del Fondo; Diego Arango Mora, presidente de la junta directiva del FOREC; y a Álvaro Patiño Pulido, exalcalde de Armenia, no se les comprobó alguna de las sindicaciones que les hicieron. De hecho, nunca más se supo sobre las investigaciones, salvo algunas notas cortas en la prensa que indican que las investigaciones fueron archivadas. (Ver 1 y Ver 2)

La Fiscalía General de la Nación consideró que tanto Arango como Patiño habrían actuado ilegalmente en la aprobación de la compra de un lote para construir el nuevo Comando de Policía en el Quindío, predio que, de acuerdo con las pesquisas realizadas, pertenecía a tres hermanas del exalcalde de Armenia, como lo cita el diario El Tiempo en una publicación de enero de 2001 y que confirmaría la tesis de que “la dimensión pública estuvo ausente en el precio de la tierra (…) Se dejó abierto el espacio para el dominio de lo privado”, según lo documenta Jorge Iván González para un estudio publicado por la Universidad Nacional en 2003.

Pero ese órgano fiscalizador no estuvo solo en la búsqueda de irregularidades, la Contraloría también hizo sus hallazgos. Para es mismo año se conoció que esa entidad de control evidenció varias deficiencias en el proceso de selección de ONGs e inconsistencias en la base de datos de proyectos de vivienda, por ejemplo la entrega de dobles subsidios con sumas superiores a las que fueron aprobadas para los beneficiarios. Dicha indagación no prosperó y resultó archivada por el ente de control.

¿Cómo operaba el Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero – FOREC?

En la práctica, el FOREC se creó para administrar los recursos que administraciones públicas y ONGs debían ejecutar bajo proyectos debidamente estructurados desde lo conceptual y financiero. Luego las ONGs, entre colombianas y extranjeras, se les asignaron los municipios afectados para levantar casas, edificios, reparar escuelas, vías, acueductos y, por supuesto, reconstruir el tejido ambiental y social. Precisamente este último, fue uno de los enormes retos que se intentó resolver desde el Fondo, la reconstrucción de tejido social fue y será una de las tareas de largo tiempo para la capital de Quindío.

Luego del caos del movimiento telúrico, centenares de personas del norte del Valle y occidente colombiano, arribaron a la ciudad para reclamar subsidios sin ser damnificados, acción típica en el país cafetero, en el que una parte de la gente ve en tragedias como esta una oportunidad para mejorar su calidad de vida. Y la otra para sacar provecho y confirmar una vez más que en este país “el vivo vive del bobo”.  Y fue entonces cuando llegó la explosión demográfica con todas sus problemáticas sociales que intentaron ser resueltas desde la adjudicación de subsidios y la oferta institucional destinada para este fin.

Una “bomba” social

Margarita Restrepo, directora Corporación Antioquia Presente hasta 2018.

Margarita Restrepo, quien hasta el 2018 fue directora de la Corporación Antioquia Presente, organización que trabajó en la reconstrucción de la Tebaida y coadyuvó en otros sitios del departamento del Quindío, afirma que la mejor forma en la que ella y su organización enfrentaron la emergencia, el duelo y la tragedia, fue a través de las acciones que pusieron a las personas de la región a aportar desde sus oficios y quehaceres para que no perdieran los hábitos y costumbres que tenían hasta antes de la tragedia. “Si no hacemos eso, la gente se echa en la tristeza y después recuperarla era muy difícil, y nos funcionó perfecto”, comenta Restrepo quien se refiere al asistencialismo desbordado y al trabajo del “todo regalado”, como una complicación para restablecer el tejido social.

Y lo confirma José Manuel Ríos, quien además de ser una figura pública de la ciudad, es empresario, según él, ha sido difícil encontrar personas que quieran trabajar porque mucha gente se acostumbró a que todo se lo den. “¿Qué pasó con nuestro departamento?, porque lo conocíamos pujante y joven, Armenia pasó de ser ciudad milagro, a la ciudad en la que sobrevivimos de milagro”. Y el DANE le da la razón, Armenia no ha salido de los primeros cinco puestos del nada honroso ranking de ciudades con más desempleo.

Y es que de acuerdo con los expertos en asistencia social, cuando hay problemáticas familiares, y llegan estas tragedias, todo incrementa y de forma exponencial, tanto lo bueno como lo malo, “por ejemplo, sí hay una madre maltratadora, pues más golpeará a sus hijos, si hay una persona que toma trago, pues aumentará su consumo de esa y otras sustancias. En situaciones como esta, lo mejor es hacer un trabajo social con expertos y acompañando en todo momento”, dice Restrepo.

Apher Rojas, uno de los columnistas y líderes de opinión que más ha escrito y cuestionado el FOREC. Esta imagen no es propiedad de UNIMINUTO Radio. Fue utilizada para ilustrar el artículo. Foto: El Quindiano

No cabe duda que el FOREC fue un bonito intento para la gestión de la tragedia, de hecho este informe de las universidades de Los Andes, del Quindío y la Tecnológica de Pereira, confirman aspectos positivos, sin embargo, líderes de opinión como Apher Rojas, piensan que dicho fondo no fue un modelo de inversión, pero si de gasto, “la noción según la cual el proceso reconstructivo adelantado por el FOREC fue un éxito, resulta inconsistente a la luz de los indicadores sociales y de las negativas estadísticas que registran el desarrollo socioeconómico regional”.

Y el señor Rojas no se equivoca. Si bien Armenia superó aspectos como la infraestructura, veinte años después existen sectores que fueron construidos para reubicar a las familias afectadas por el sismo, pero que nunca han sido legalizados.

El comercio y la economía local son activos, pero en términos del sector industrial aún requiere más crecimiento e inversión, porque su tasa de desempleo es de 14,5% y va en aumento.

Pero quizás el reto más grande y que estará, ojalá no por mucho tiempo, es el de la deuda social. Para Uriel Orjuela, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Quindío, “la debilidad, pese a la reconstrucción, fue que los programas sociales pensados no alcanzaron a proyectarse a largo plazo”, como lo dijo en una entrevista al diario El País hace 5 años, pero “no hay reconstrucción perfecta, se hizo todo lo que pudo y más”, afirmación en la que coincide con la directora de Antioquia Presente.

Las semanas siguientes al terremoto, ya cuando se habían ido los periodistas, medios y la dirigencia nacional, a los cuyabros les tocó sacudirse el polvo, elevar su cara al cielo y empezar de nuevo, porque la emergencia había terminado pero la tragedia social apenas comenzaba.

Deja tus comentarios