En este episodio, se aborda sin filtros la realidad de la salud mental y las múltiples formas en que el malestar puede manifestarse en la vida cotidiana. A través de una conversación abierta y honesta, se invita a reconocer esas señales que a menudo pasan desapercibidas y que, con el tiempo, pueden afectar profundamente el bienestar emocional y físico.
El diálogo pone en el centro la importancia de aprender a escucharse, de atender las propias emociones y de reconocer que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de profunda valentía. Se reflexiona sobre los prejuicios que aún existen en torno a la salud mental y sobre la necesidad de derribar el estigma que impide a muchas personas buscar apoyo profesional o emocional.
Además, el episodio se enmarca en dos fechas significativas: el 10 de septiembre, dedicado a la prevención del suicidio, y el 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental. Ambas conmemoraciones sirven como punto de partida para profundizar en la importancia de la empatía, la sensibilización y la creación de espacios seguros donde hablar de salud mental sea un acto cotidiano y necesario.








