En el cálido espacio de Él Árbol Rojo, bajo la conducción de Natalia Montejo, la voz de Angélica Vargas León se abre como una historia viva que lleva la contraria a los moldes y celebra los giros del destino. Esta entrevista no es solo una conversación sobre literatura: es un testimonio sobre cómo una vida aparentemente resuelta puede redescubrir su esencia en las palabras. Su camino tejido con esfuerzo, decisiones prácticas y, al mismo tiempo, con una sensibilidad siempre presente que busca su espacio. Desde sus primeros escritos en diarios hasta su regreso consciente a la escritura en medio del frio de Inglaterra, Angélica revela que las letras siempre estuvieron allí, esperando el momento justo para salir a la luz.
Lo que emociona de su entrevista es algo particular, no solo su transformación profesional, también es la profundidad con la que ella vincula la literatura con su camino espiritual. La escritura, para ella, no es un simple oficio: viene siendo un acto de sanación, una forma de autoconocimiento, su lenguaje del alma. Su paso por países lejanos como Arabia Saudita o Tailandia amplió su visión del mundo, pero también le ofreció las claves para encontrarse consigo misma. A través del yoga, la meditación y la programación neurolingüística, Angélica ha sabido construir un estilo propio que se siente en sus obras y en su forma de habitar la palabra.
En esta charla, se celebra el valor de la narrativa romántica, un género que muchas veces es subestimado pero que ella aborda con profundidad y frescura, su novela Amanda (20024), reconocida internacionalmente, se convierte en un símbolo de que sí se puede construir desde lo genuino, desde el amor por contar, sin formulas vacías, solo con su autenticidad.
Lo más valioso de esta entrevista es que Angélica no pretende dar lecciones, pero si compartir. Desde su honestidad, abre una ventana para quienes alguna vez sintieron que no era el momento, que habían llegado tarde o que su camino ya estaba escrito. Su historia demuestra que nunca es tarde si se trata de seguir la voz interior y que la literatura, generosa como pocas artes, siempre deja la puerta abierta.
Redactado por Angie Molina, practicante y participante del Semillero en Investigación Él Árbol Rojo.
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…de pronto ahí está, delante de ti…” ¡El árbol rojo! “…rebosante de color y vida, tal como lo imaginabas…” Las voces de la escritura, en las hojas de “El árbol rojo”. Un programa del Taller de escrituras creativas “El Árbol Rojo”.
