Famosa en el mundo entero, la capital francesa ha pasado días complejos, antes, durante y lo que será la nueva normalidad después del coronavirus. Ha dejado de ser la factoría para vivir del turismo, la educación y las artes lo que le creará problemas porque son áreas de la vida que están golpeadas por la pandemia.
Si bien el foco de las noticias han cambiado, aún quedan ecos de las marchas de los chalecos amarillos, las protestas contra el gobierno de Macrón y sus reformas neo-liberales que carcomen el estado de bienestar del cual se han enorgullecido los franceses.
En “El último café”, una conversación con la periodista María Helena Escalante, desde la ciudad luz, que busca volver a lo que conocíamos como normalidad.