Para ninguno de nosotros es un secreto que ser un buen actor implica aprender nuevas habilidades, poseer y desarrollar un gran talento, poder adaptarse a los cambios que puedan surgir, tener una buena capacidad para improvisar, ser capaz de transformarse y reinventarse al momento de interpretar a un personaje e incluso en algunas ocasiones tomar riesgos para lograr que su interpretación sea lo más creíble posible por la audiencia. Sin embargo, en algunos casos los actores sobrepasan los límites para conseguir que todo esto sea posible, incluso a riesgo de afectar no solo su vida laboral si no su vida personal también.
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Y es que seamos sinceros, ser actor no es un trabajo nada fácil pues no cualquier persona tiene la habilidad de hacernos creer que su actuación es real, pues la actuación es un proceso que implica meterse en la piel de alguien más para tratar de contarnos su historia y sus pensamientos de la manera más real posible. Y esto implica llegar hasta lo más profundo para conocer a su personaje, entender cómo actúa, cómo piensa, el porqué de sus decisiones y sobre todo tomar esas ideas y pensamientos como propios.
Por eso hoy queremos compartir con ustedes los casos de algunos actores que traspasaron estos límites haciendo que la barrera que separa su trabajo de sus vidas sea casi imperceptible y en ocasiones nula, ya que es difícil distinguir si hablas con el actor o con el personaje, aclarando por supuesto que las implicaciones que estos procesos actorales tan extremos los han afectado tanto a nivel mental haciendo que les resulte difícil separar la fantasía de la realidad, como a nivel físico ya que el uso de ciertos elementos, algunas posturas o el efectuar algunas acrobacias puede implicar lesiones temporales o en casos más delicados letales.
PARTICIPANTES:
- Mauricio Marín
- Zharick Gutiérrez
- Diego Peñaloza
- Sandra Hernández
- Mauricio Sanchez
- Alejandra Bonilla