La industria de las modelos web cam, no es algo nuevo, de hecho, es un sector que viene funcionando hace más de 20 años, sin embargo, se ha manejado como taboo y es un oficio poco conocido, hasta ahora. El impulso que ha tenido la industria tecnológica ha ayudado a acelerar este negocio, que recibe millones de visitas a diario y les entrega a sus propietarios hasta 1.000.000 millones de pesos anuales.
Pero a pesar de ser una industria tan llamativa para la gente joven, y que aún no saben a qué dedicar su tiempo y que quieren conseguir dinero de una forma fácil, esta es su oportunidad, pero como todos los negocios tiene su parte mala y su parte buena, se camuflan estafadores, red de trata de personas, redes de prostitución y tráfico de imágenes y vídeos, es por eso que las personas interesadas, deben actuar con sumo cuidado a la hora de firmar un contrato o decidirse a trabajar con un estudio web cam, porque si no lo hacen, pueden pasar momentos complicados y escapar de una de estas redes, resultaría casi imposible y pondría tanto sus vidas como la de sus familias en riesgo.
Sumado a esto, se debe tener en cuenta a la población venezolana, que resulta ser una gran competencia para las y los modelos colombianos, por varios factores, y uno de ellos y el que más les sirve a los propietarios de los estudios, es el costo por día u hora que se le debe pagar a un venezolano vs el costo de trabajo del colombiano.
Realmente, aunque parezca el trabajo soñado, puede terminar siendo un problema de nunca acabar, por eso las autoridades y las organizaciones que vigilan de cerca redes de explotación laboral, tienen puesta la lupa en esta industria, que crece velozmente gracias a la tecnología y que, al no pagar impuestos como las demás empresas, está enriqueciendo a sus propietarios a costa de trabajo que podría ser ilegal.
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