Hoy es muy común escuchar que se hable de teletrabajo, como una forma distinta de desarrollar el empleo. Sin embargo, debido a la contingencia actual de la pandemia del Coronavirus y su magnitud mundial, se ha podido ver cómo esta alternativa de trabajo es la nueva tendencia que se apuesta en el mercado, no obstante, cabe resaltar que algunas personas se han desempeñado desde hace mucho tiempo atrás bajo esta modalidad.
El teletrabajo varía en distintos países, aunque se sabe que todos concluyen en que esas labores desde casa aporten al desarrollo y productividad de una empresa para beneficio de la misma, en Colombia son válidas algunas referencias en cuanto al concepto que se puede entender, un caso es el de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quien define este concepto como “Una forma de trabajo en la cual primero el mismo se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando así al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina y, segundo la nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación”. (Di Martino, 2004).
Además, el teletrabajo está asociado a la inversión de la era tecnológica, pues esta, bajo sus herramientas informáticas, permiten poder emplear el desarrollo de este, aunque si bien se sabe, el teletrabajo es igual que el de la oficina solo que a distancia pues en ocasiones se presentan malentendidos creyendo que el trabajar es solo un rato o sin un horario definido. Una de las ventajas del teletrabajo es la dedicación de lo autónomo, pues enseña a que los empleados desde la distancia sean de cierta manera independientes pero a la vez promotores de la productividad usando sus habilidades y las TIC´s.
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