Estar encerrado genera una serie de necesidades y adaptaciones que a veces son traumáticas para todos los integrantes de la familia. En el caso de las personas solas, se vuelve un espacio de soledades o compañías digitales. La rutina de la casa se amplia al volverse aula de clase, oficina, gimnasio y vivienda con lo que ya sabemos que este concepto significa.
Las funciones parentales se extienden y los horarios se desconfiguran, hasta perder la idea de la semana de cinco días y el fin de semana como momento para hacer otras cosas. Todas estas circunstancias se dialogan con los especialistas de Bienestar Universitario en el El Último Café, al servicio de la familia Uniminuto y de nuestros seguidores en la web.