Y de alguna manera los cruceros del mundo se convirtieron en eso, ante la imposibilidad de los tripulantes de dejar sus buques por temas de salubridad. Tuvieron que permanecer meses a bordo de estos hoteles flotantes, que aún con sus comodidades, no dejaron de ser una constante incertidumbre para todos, aún para las navieras que enfrentan una gigantesca crisis económica, que arriesga de forma crítica su negocio de turismo.
Una de esas tripulantes, es fotógrafa egresada de Uniminuto, después de un año trabajando para Carnival, nos comparte esos meses de encierro, la angustia de sus compañeros y la colaboración de la naviera para llegar a puerto seguro y volver al país.