El chocolate ha estado en la mesa de nuestros hogares desde siempre. Su consumo es un detonante para propiciar encuentros especiales: desayunos, onces y cenas. Es el cómplice a la hora de enamorar porque tiene un poder especial que hace que la hormona de la felicidad (serotonina) se active, generando así la sensación de bienestar y alegría.
En Colombia tiene un significado muy especial. Es la herramienta de cambio de vida para muchos campesinos que por años entregaron su trabajo a los cultivo ilícitos. De esta forma, el Cacao no sólo es un alimento, es constructor de nuevas historias de vida que cuentan para el cambio y el crecimiento de nuestro país.
Hoy en el Último Café, Juan Antonio Urbano, cacaotero y líder campesino comparte su testimonio de vida y nos cuenta de este maravilloso fruto que cambió su vida al igual que la vida de más de 1.000 campesinos.
Conduce Angie Stacy Rodríguez