“No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía, aprisionados y
torturados de manera atroz ―lo sabemos; tantas veces, cuando los echamos, están destinados a ser torturados y encerrados―; no podemos seguir presenciando los dramas de los naufragios, provocados por contrabandos repugnantes y el fanatismo de la indiferencia. La indiferencia se vuelve fanática. Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización”. Papa Francisco en Marsella
Dialogan sobre este tema Eduardo Peña y Hans Schuster en El Último Café.
El Último Café