A lo largo de su intervención, el padre Castilla presentó una serie de reflexiones y llamados a la acción que resaltaron la importancia de la alegría, el desarrollo de los talentos individuales y el compromiso con la paz.
Durante la homilía, el rector General propuso una idea innovadora al sugerir la implementación de una “homilía invertida”, donde la comunidad de fe comparta sus propias experiencias y aprendizajes basados en pasajes del Evangelio. Así fue como estudiantes y profesores destacaron la importancia de la unión, el compañerismo, el reconocimiento del otro y su cultura y la alegría de estar juntos en el V Festival de Cultura UNIMINUTO.
Uno de los puntos más destacados de su discurso fue la afirmación de que cada ser humano posee talentos y potencialidades únicas, que son considerados como regalos divinos. “Ningún ser humano puede darse el lujo de decir que no tiene una potencialidad, un talento. Absolutamente todo, gracias a Dios, porque ese ha sido el regalo maravilloso que el Señor nos ha entregado“, enfatizó el padre Castilla.
Una de las revelaciones más esperadas del discurso fue la mención del graduado número 200,000 de UNIMINUTO, que se celebrará el 16 de septiembre de este año e el Centro Universitario Zipaquirá. Esta cifra representa un hito significativo en la historia de la institución y resalta su impacto en la vida de innumerables estudiantes a lo largo de los años.
El rector General también hizo un llamado a la comunidad académica y a los estudiantes a contribuir a la construcción de la paz en Colombia. “Queremos ser una institución con esta visión al 2030 en Colombia, una institución que aporta la paz“, expresó.
El padre Harold Castilla concluyó sus palabras con un mensaje de alegría y agradecimiento, instando a todos los presentes a mantener una actitud positiva y a dar gracias por los dones y potencialidades que han recibido. Su discurso recordó la importancia de la formación integral y el compromiso con la paz en Colombia.
El evento fue un testimonio de la relevancia y el impacto de UNIMINUTO en la educación superior y en la sociedad colombiana, y la intervención del padre Harold Castilla Devoz inspiró a los asistentes a abrazar la alegría, desarrollar sus talentos y contribuir al bienestar de su país.