Desde el primero de enero de este año hasta el 19 de marzo, la línea respondió 6.341 llamadas, lo que supone un promedio de 54 llamadas diarias, en contraste con las 108 que se empezaron a atender apenas se inició el confinamiento.
Era previsible que esto sucediera, y de manera especial en una sociedad con marcadas conductas violentas y que en muchos casos es incapaz de solucionar sus diferencias a través del diálogo o de respuestas socialmente identificadas como civilizadas. ¿Pero qué es lo que determina estas conductas agresivas que tanto mal hacen a la sociedad y por supuesto a las víctimas? Desde “El último café” buscamos algunas respuestas con especialistas del campo médico y conductual y lograr un acercamiento a un tema de por si traumático, triste y que tanto daño hace a los niños y jóvenes que presencian o son victimas de las agresiones. Esto va conformando los círculos de la miseria humana que extienden en el tiempo malas conductas aprendidas y que son tan difíciles de erradicar.