Durante parte de la niñez, existe en la mente una duda constante y es: ¿Qué quiero ser cuando sea grande?
Dicha cuestión cobra mayor fuerza cuando en la adolescencia se finaliza la etapa del colegio y se debe decidir qué carrera estudiar, o si realizar una técnica, tecnología o pregrado está dentro de los planes, prioridades o capacidades.
La mayoría de los proyectos de vida visionan un futuro exitoso, sin embargo, expertos han definido el término “éxito” en este contexto, como la retribución de ejercer sus pasiones y recibir a cambio un sustento económico. Una actividad que contrastaría la vocación de una profesión y el debido ejercicio de esta.
El Informe Mundial de la Felicidad, realiza un listado de los países más felices del mundo, cuyos investigadores expresan que la felicidad de las regiones es una demostración de que el sentirse bien no solo implica aspectos medibles por indicadores tales como el nivel de sus ingresos económicos, sino también otros factores subjetivos, y según la BBC Mundo, estos se consideran como la percepción que cada quien tiene sobre qué lo hace feliz.
Por ende, elegir un programa académico basado en el imaginario que supone una mejor remuneración a la profesión, podría traer serias consecuencias a corto plazo para quienes en el trayecto evidencien que la elección no fue acertada y desistan de los estudios adelantados, perdiendo así el tiempo invertido y por supuesto sus recursos, para dar un nuevo inicio en otro campo.
Mientras que otros, pueden encontrar estas consecuencias a largo plazo, cuando una vez finalizado su programa y están en ejercicio de su profesión, encuentran que dedicar su vida a una actividad que no les apasiona, no les subirá su nivel de felicidad, por muy bien remunerado que sea.
Al hablar de vocación, el psiquiatra estadounidense Robert Waldinger, profesor de la Universidad de Harvard, plantea preguntas como ¿Estoy haciendo cosas que tienen un significado para mí? ¿Estoy haciendo cosas que me hacen sentir que importo en el mundo?
Un estudio realizado en la Universidad de Caldas, determinó la importancia de ponerle la lupa a las vocaciones de los estudiantes por la carrera que eligen cursar, pues esta podría facilitar su rendimiento académico, o en caso contrario, podría obstaculizar el mismo llevando al estudiante a la deserción.
En ‘La Voz de la U’, hablamos sobre la importancia de las vocaciones al momento de escoger un determinado programa académico con Liliana Benítez, Administradora de Negocios Internacionales, especialista en Gerencia de Proyectos y directora de Mercadeo de UNIMINUTO Seccional Antioquia – Chocó, sede Bello, quien afirmó que:
Es muy importante conocer la institución donde se está ofertando el programa que es de nuestro interés, tener muy claro cuál es esa línea que nos interesa, cuál es ese programa académico, conocer su plan de estudios, sus jornadas y todo aquello que amerite tener pleno conocimiento de esta oferta.
Liliana Benítez, Administradora de Negocios Internacionales, especialista en Gerencia de Proyectos y directora de Mercadeo de UNIMINUTO Seccional Antioquia – Chocó, sede Bello.
Además, habló desde la importancia de identificar su perfil y el programa académico que sería acorde a esas habilidades y gustos:
Debemos identificar inicialmente qué es lo que nos gusta hacer, cómo nos proyectamos a un futuro, cuáles son nuestros deseos, también cuáles son las necesidades de un mercado laboral y de un mercado social, pero básicamente debemos pensar en lo que nos apasiona y lo que queremos aprender.
Liliana Benítez, Administradora de Negocios Internacionales, especialista en Gerencia de Proyectos y directora de Mercadeo de UNIMINUTO Seccional Antioquia – Chocó, sede Bello.
Por eso, al momento de estipularse nuevas metas y que unas de ellas sean de carácter académico, es importante analizar sí realmente existe vocación de por medio por las actividades laborales que se llegarían a ejercer e incluso, tener acercamientos en estos procedimientos, según áreas de formación, que le permitan, desde la experiencia confirmar la pasión por una determinada labor.