En este capítulo, el Papa Francisco asegura que las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad.
Eduardo Peña y Hans Schuster conversan sobre este capítulo en “El Último Café”-