La gestión social es comprendida como un compromiso voluntario que tienen las empresas con la sociedad. No solo es considerada como una tendencia, sino como un conjunto de acciones decisivas que promueven el desarrollo sostenible en el mundo.
La gestión social y la responsabilidad social se enmarcan dentro del mismo campo de acción, apuntando básicamente a contribuir al desarrollo social, ambiental y económico, con recursos propios de las empresas como una forma de reconocer el valor de todos los actores dentro del sector productivo.
Hoy en día la gestión social es totalmente relevante porque es un valor que se comparte entre las organizaciones y las comunidades, en el que se lideran planes, programas y acciones que tienen siempre como objetivo ayudar a la evolución o desarrollo, ya sea económico, social o cultural, de un grupo de personas en específico, teniendo como pilar fundamental la inclusión social, es decir, que la comunidad es un actor operante y sus contribuciones son fundamentales en este proceso.
Se trata de hacer una devolución a la comunidad como pago del sostenimiento o éxito empresarial relacionado con la rentabilidad y la buena reputación, que, al fin y al cabo, es uno de los fines principales de cualquier organización.
Jhon Fredy Escobar Gómez, docente Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de UNIMINUTO Seccional Antioquia-Chocó, habló en La Voz de la U, sobre este término, sus objetivos, las partes involucradas, y los aportes de UNIMINUTO como institución, “la idea es que las personas sean partícipes de las actividades, bien sean actividades económicas o actividades educativas, y dentro de ello aportar a las personas que más lo necesiten, incluirlas y de una u otra manera generar equidad social”.
Es así como la equidad en Colombia se viene trabajando fuertemente desde los procesos de gestión social empresariales, aportando a la reducción de la desigualdad, bajo la disminución de brechas sociales y económicas en las regiones del país con proyectos que involucran a las comunidades con un impacto real en el mejoramiento de la calidad de vida, tanto en las finanzas, como en lo social e intelectual.
La idea es que las personas sean partícipes de las actividades, bien sean actividades económicas o actividades educativas, y dentro de ello aportar a las personas que más lo necesiten…
La Voz de la U