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Las deudas pendientes del fútbol femenino

El campeonato mundial que recién terminó ha demostrado que las mujeres pueden protagonizar eventos deportivos de primera línea global. Pero como expresaron varias jugadoras que tuvieron una participación destacada, los contrastes con sus contrapartes masculinos, y no solo los económicos, siguen siendo abismales.

Por Fabiola Chambi*

Escenas para la historia…

Sonido a todo volumen en el estadio Allianz Arena de Sídney con las notas del himno colombiano en el debut de la selección nacional ante Corea del Sur. Las jugadoras emocionadas hasta las lágrimas y cantando hasta el grito conmueven a un país entero.

Festejo en las alturas cuando en un vuelo de Emirates casi todos los pasajeros —excepto uno— seguían en sus pantallas el momento en el que la australiana Cortnee Vine logra, con un penal, clasificar a su selección a la semifinal.

El escenario listo. Una a una, las jugadoras reciben las medallas doradas y el público estalla en júbilo para celebrar a España, campeona del mundo. Pero surge una sombra, como el perfecto ejemplo de cómo es la vida de las mujeres, dentro y fuera de las canchas. La protagoniza el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, quien besa sorpresivamente en la boca a la goleadora Jennifer Hermoso. La imagen ya es más viral que la anotación de la victoria.

La primera reacción de la jugadora: “No me ha gustado, eh”. La respuesta de Rubiales vino después con palabras que no alcanzan a ser disculpas: “…Pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes”.

Prejuicios, rechazo, amedrentamiento, acoso, violencia machista, salarios injustos, opacan el que se mostró en el Mundial como el deporte femenino más importante del planeta. Según Human Rights Watch, desde 2018, dos presidentes de federaciones nacionales de fútbol han sido expulsados por agredir sexualmente a mujeres y niñas de las selecciones nacionales.  Aunque la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) se comprometió a crear una red global para hacer frente a los abusos, se reclama medidas concretas como sanciones y compensaciones a las víctimas.

En el más reciente y polémico caso, Jenni Hermoso, dio una lección de valentía al pedir “medidas ejemplares” contra Rubiales y un llamado al Consejo Superior de Deportes para que “dentro de sus competencias, apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante el acoso o abuso sexual, el machismo y el sexismo”.

Jenni merece que se hable de ella como la jugadora que ganó un Mundial y no como la jugadora a la que Rubiales besó.

Luego de que la FIFA anunciara un procedimiento disciplinario y en medio de la fuerte presión que también vino desde el propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el máximo representante de la RFEF, dimitió.

Los récords y los cambios que se esperan

El Mundial 2023 de Australia-Nueva Zelanda ha generado 570 millones de dólares en ingresos, más de dos mil millones de personas conectadas y asistencias récords con 1.988.000 de espectadores, superando los 1,3 millones de Canadá 2015 y los 1,1 millones  de Francia 2019.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dijo que ha sido el mejor Mundial Femenino de la historia y que “no hay muchas competiciones, ni siquiera en el fútbol masculino, que generen más de 500 millones de dólares”.

El fútbol femenino llegó a su punto más alto con este imponente evento deportivo que por primera vez contó con 32 selecciones, algunas de ellas debutantes como Panamá, Haití, Irlanda, Marruecos, Filipinas, Vietnam, Zambia y Portugal. Fueron 64 partidos en los que brillaron las estrellas consagradas, sorprendieron los nuevos talentos, cayeron las favoritas como Estados Unidos y Japón, impresionaron con su desempeño los equipos africanos y se impuso la garra colombiana, que puso en alto al fútbol latinoamericano.

“Esto nos ha hecho creer en la importancia de que la gente siga creyendo en el fútbol femenino, siga consumiendo y se apropie de un lenguaje para conocer a las jugadoras, en qué equipo están, de qué liga proceden, dónde fue su experiencia, cómo fue su campaña. Este fútbol tiene que seguir creciendo”, dice Paula Daza, experimentada periodista deportiva de la cadena de noticias RCN de Colombia, que cubrió a su selección en cada estadio.

Pero las condiciones económicas en las que se desempeñan las jugadoras siguen siendo un tema de debate permanente. La FIFA financia a cada selección nacional con un promedio de 1,5 millones de dólares al año. Sin embargo, se han registrado denuncias de que las federaciones nacionales han desviado dineros en perjuicio directo de las jugadoras.

Según un estudio reciente de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (Fifpro), el 29% de las deportistas consultadas dijeron no haber recibido ningún pago de sus selecciones nacionales por torneos de clasificación para la Copa Mundial. Y esta cifra lo dice todo: los premios actuales de la Copa del Mundo ascienden a 110 millones de dólares para las mujeres y 440 millones de dólares para los hombres. 

La igualdad salarial, como explica a CONNECTAS Jennifer Cooper, coordinadora de Global Sports Partnerships en ONU Mujeres, debe ser entendida en “el aspecto amplio de la brecha salarial global en todos los trabajos y todos los países. A nivel mundial, las mujeres ganan un promedio de 77 centavos por cada dólar que los hombres se llevan a casa por el mismo trabajo. Y esto no se ha movido en 20 años. Si bien en muchas partes del mundo somos testigos de un retroceso de los derechos de las mujeres, el deporte, y el fútbol avanzan en una dirección positiva: amplían las oportunidades y acaban con los estereotipos negativos”.

El talento y el esfuerzo se ven en la cancha, pero las deudas pendientes con el fútbol femenino aún se mimetizan. Mejores condiciones piden constantemente las jugadoras. “Este no puede ser el techo, no puede ser el final. Este tiene que ser el comienzo para mejores cosas para este equipo, mejores condiciones, un proyecto ambicioso que nos pongan a nosotras a trabajar duro”, dijo a la prensa la capitana de la selección colombiana, Catalina Usme. El presidente Gustavo Petro respondió con el compromiso de invertir 8.000 millones de pesos colombianos (casi dos millones de dólares) para el 2024.

“La competencia mostró en tiempo real, lecciones tras lecciones, sobre cómo denunciar, superar y desmantelar la discriminación, y ganar a pesar de ella. Presenciamos la Copa Mundial Femenina para ver goles espectaculares, pero el verdadero gol, el verdadero objetivo, es la igualdad de género que nos beneficiará a todos”, añade Cooper.

El sueño de un lugar en la cancha y en la historia

“La mayoría de las que estamos hoy aquí, hemos crecido muchas veces pensando que no era nuestro lugar, que el fútbol era un lugar que no te pertenecía (…) Si sirve para que sepan que es posible, que este lugar también es nuestro, que se puede”. Esas palabras de la futbolista española Irene Paredes, poco antes de la gran final ante Inglaterra, reflejan bien la experiencia de muchas futbolistas en el mundo.

El triunfo de España no fue cuestión de suerte ni casualidad. Responde a una palabra: proceso. Previamente, en 2022, había ganado el mundial en las categorías sub-17 y sub-20. El trabajo se va forjando en la liga local y en lo básico o la cantera. Son generaciones de niñas y adolescentes que se preparan para las hazañas del mañana.

Para la entrenadora técnica de Liverpool FC de Uruguay y referente del fútbol de ese país, Graciela Rebollo, hay tres elementos claves para el empuje del fútbol femenino. 1) la formación con calidad y atención de las divisiones inferiores; 2) las competencias más serias y una liga más competitiva;  y 3) que la sociedad deje el concepto sexista con el que aún mira el fútbol femenino.

Desde su experiencia y como docente en la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI), cuenta el trabajo que están haciendo para potenciar el talento de las niñas, desarrollando cursos para abanderar el rol del director técnico enfocado en ellas. “No hay mejor carta de presentación que el trabajo y la educación. Formar a jugadoras, formar profesionales que también quieran defender el fútbol en la rama femenina, en el futuro”.

Estos cambios paulatinos transforman radicalmente la concepción de un deporte predominantemente masculino. El objetivo no solo es que haya más jugadoras, sino más entrenadoras, más comentaristas deportivas, más mujeres que sueñen con arbitrar una final de Mundial y celebren su designación con lágrimas de felicidad, como hizo la norteamericana Tori Penso.

“El fútbol femenino no tiene que transcurrir por el mismo camino del masculino. Las mujeres tienen los mismos derechos y merecen mejores condiciones, pero no pretendamos que de la noche a la mañana se hagan esas grandes inversiones. Es como una empresa para la que se necesita buscar actores que inviertan y crean en el fútbol femenino”, añade Rebollo.

El fanatismo crece, los souvenirs con sus nombres se venden masivamente, los contratos con mejores ofertas llegan. La mejor versión de estas mujeres va escribiendo una mejor historia en el mundo del fútbol, y ojalá también fuera de la cancha, donde aún sólidas barreras obstruyen el camino urgente de la equidad.

Cada semana, la plataforma latinoamericana de periodismo CONNECTAS publica análisis sobre hechos de coyuntura de las Américas. Si le interesa leer más información como esta puede ingresar a este enlace.

*Miembro de la Mesa Editorial de CONNECTAS. Periodista. Corresponsal en Bolivia de la Voz de América (Washington), coordinadora del MediaLab en la Fundación para el Periodismo y docente universitaria. 

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