Cuando Francisco presentó la enciclica la dirigió a toda la humanidad, sin ninguna discriminación, y en este segundo capítulo, que se enmarca en La Palabra, nos muestra como desde ella nos muestra todo un trasegar para la convivencia, el respeto y la dignidad por toda la creación en donde también nos incluimos. Conversamos con el Diácono Alirio Cácares Aguirre.