Seguramente al momento de ir a ver una película a una sala de cine o al ver una serie en Streming, una de las cosas en las que más nos fijamos son los efectos visuales por ser tan llamativos gracias a la tecnología. A esto le podemos sumar otros elementos que enriquecen y hacen que un filme se pueda recordar como toda una obra maestra.
Uno de los elementos que están presentes y que muchas veces pasamos por alto, son los sonidos. Y es que, aunque parezca una parte sencilla de realizar, lo cierto es que son tan o más complejos que los mismos efectos visuales y esto se debe a que los sonidos de cada película son únicos en cada producción, teniendo en cuenta que las cámaras no captan los sonidos al cien por ciento; bien sea por el ruido del ambiente u otros factores; este proceso se debe someter a otras alternativas.
El Foley o efecto de sala, es la técnica que reúne a los efectos sonoros de toda película o serie, sin importar su género, a lo largo de toda la producción.
En palabras simples, el Foley se trata de recrear sonidos en una sala utilizando elementos básicos, por ejemplo, ambientar el sonido de un hueso que se rompe, pero usando una rama de apio congelada, esta al romperse crea un sonido muy similar al hueso quebrándose, o por ejemplo imitar el sonido de la lluvia usando granos de arroz sobre una superficie de aluminio. Los anteriores son ejemplos sencillos, pero que requieren de todo un equipo de especialistas en el tema.
Los efectos de sonido en el cine no son nuevos, de hecho, son tan antiguos como el mismo cine, comenzaron cuando las películas dejaron de ser mudas, fue en 1927 cuando Jack Foley (sonidista estadounidense), desarrolló múltiples y diversas técnicas de sonidos, colaboró con los efectos de sonidos sincrónico en tiempo real de la película “ShowBoat”, y así, se dio inicio al efecto de sala también conocido como sonido Foley, técnica muy reconocida hoy en día.
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