Con una sonrisa en el rostro y los ojos llenos de determinación, nos transportaron a través de su viaje en el mundo del emprendimiento y la educación.
Desde temprana edad, Catalina y Eliana fueron testigos del espíritu emprendedor de sus familias, quienes buscaban ser un ejemplo para sus hijos. Con ese legado en mente, decidieron ingresar a la UNIMINUTO, una institución que encajaba perfectamente con sus ideales. “Nos apasiona desde siempre el servir a la gente”, expresó Eliana con orgullo.
Durante su tiempo en la universidad, Eliana recordó con alegría los detalles que hicieron de esa época una experiencia inolvidable. Desde los proyectos hasta los profesores, cada paso estaba dirigido hacia el desarrollo empresarial con un propósito más allá del beneficio personal. “No solamente crear empresa para el beneficio propio, sino para el beneficio de la comunidad”, enfatizó.
Fue en la universidad donde se cruzó en el camino de estas dos amigas, quienes compartían su pasión por el conocimiento y el emprendimiento. Juntas, formaron un equipo unido y comprometido, dispuesto a enfrentar cualquier desafío. “Estábamos más enfocadas en lo que veníamos realmente a estudiar”, mencionó, recordando su dedicación académica.
“Estábamos más enfocadas en lo que veníamos realmente a estudiar”
Catalina González
Eliana y Catalina hablaron con entusiasmo sobre sus primeras incursiones en el mundo empresarial. En aquella época, participaron en el desarrollo de una mermelada de arazá, un fruto amazónico poco conocido. Experimentar el proceso de llevar una idea desde cero hasta convertirla en un producto con valor agregado despertó en ellas una profunda emoción.
Sin embargo, su verdadero hito emprendedor llegó en el año 2016, cuando fundaron su empresa actual, “Mis Raíces”. Esta nueva aventura le permitió aplicar todo lo aprendido y ver las cosas desde una perspectiva más amplia. “Al tener más información y crecimiento como emprendedora, como persona, puedes conocer mejor tu sueño, tu proyecto”, afirmó Eliana con convicción.
“No solamente crear empresa para el beneficio propio, sino para el beneficio de la comunidad.”
Eliana Rivera
El camino hacia el éxito empresarial no fue lineal para estas dos colombianas. Después de trabajar en una empresa exportadora de quinua, se le presentó la oportunidad de cumplir su sueño y establecer su propio negocio. Con valentía, Eliana llamó a sus amigas de la universidad para que la cubrieran en su trabajo anterior. “Es una buena oportunidad para ustedes”, les aseguró.
Hoy en día, Eliana y Catalina están involucradas en múltiples proyectos. Junto con sus socios, dirige Dos Mundos Capital, donde asesoran a empresarios latinoamericanos en la estructuración de sus modelos de negocio. También trabajan como consultoras de negocios, ayudando a los empresarios a cruzar el puente cultural y expandirse internacionalmente.
Además, estas dos emprendedoras han encontrado un nuevo propósito en la educación. Ahora forman parte de los socios de un colegio en Manizales, donde busca brindar una visión diferente y enriquecedora para los estudiantes. Con su pasión por el emprendimiento y la educación, están comprometidas en llevar a cabo este proyecto con entusiasmo y dedicación.
Esta historia nos enseña la importancia de buscar oportunidades, construir relaciones sólidas y encontrar un propósito más allá del beneficio propio. Eliana y Catalina son un ejemplo inspirador de perseverancia, creatividad y dedicación en el mundo empresarial y educativo.