La situación de salud pública a causa de la pandemia del COVID-19 ha llevado a gran parte de las personas a crear hábitos de cuidado, adoptar medidas para evitar contagios y estar constantemente actualizadas sobre el tema para no caer en desinformación. Desafortunadamente, otras han hecho caso omiso de esta problemática; infringen las normas y lo principal, ponen en jaque su salud, la de sus familias y la de las demás personas que están a su alrededor.
Adicional a las medidas que ya se conocen como el lavado constante de manos, el distanciamiento social y el uso de tapabocas, el portal oficial de la Organización Mundial de la Salud expone también limpiar y desinfectar frecuentemente las superficies, en particular las que se tocan con regularidad, por ejemplo, las pantallas de teléfonos. También, evitar el contacto físico al saludarse pues se pueden utilizar otras formas seguras como saludar con un gesto de la mano o inclinar la cabeza o el cuerpo. No utilizar mascarillas con válvulas. Las reuniones al aire libre son más seguras que en interiores, en particular si los espacios interiores son pequeños y carecen de circulación de aire exterior, abrir una ventana aumenta el caudal de ‘ventilación natural’ en los lugares cerrados.
A la par de lo que sucede con la pandemia, se desarrolla una problemática que también afecta a toda la sociedad y es la constante desinformación y la exposición a largas horas de datos sobre el COVID. Como lo indica Lina María González, especialista en psiquiatría, MSc. en epidemiología clínica y líder de salud y bienestar de la Fundación Saldarriaga Concha, “El exceso de información termina en miedo y rechazo hacia la vacuna, además de elevar los niveles de ansiedad y depresión en las personas.”
En La Voz de la U hablamos sobre cómo enfrentar el COVID-19 y las estrategias para cuidarnos, con Sandra Milena Londoño Restrepo, docente del programa de Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo de UNIMINUTO Sede Bello, quien nos explicó qué otras afectaciones traen los picos epidemiológicos: “Es cuando ese número de casos que está ocurriendo, aumenta la velocidad de contagio y eso trae un fuerte impacto en el sistema de salud, porque al tener un incremento el en contagio, nos va a aumentar de forma directa la morbilidad. En el sistema de salud, vamos a tener la demanda de personas que necesitan atención y ésta va a superar la capacidad de respuesta que tiene nuestro sistema sanitario.”
También la docente consideró que se ha bajado la guardia en cuanto al proceso de adaptabilidad, para lo cual expresa que:
hay que seguir educando, movilizando esa cultura de cuidado en las personas, de protección hacía el otro, de elevar ese nivel de conciencia frente al futuro que esperamos y queremos, pero también entender todas las realidades y todas las situaciones por las que hoy están atravesando esas personas que posiblemente, tuvieron que cambiar drásticamente sus vidas en un año, creo que esto es de empatía, esperanza, responsabilidad y disciplina, pero también es compasión hacia el otro, en cómo tenemos que salir juntos.
Sandra Milena Londoño Restrepo, docente del programa de Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo de UNIMINUTO Sede Bello
Por consiguiente, se recomienda acatar las indicaciones brindadas por los entes encargados de la protección y ser responsables tanto para sí mismo como con las demás personas.