Hablar de castigo y recompensa ha generado ciertos debates y discusiones al respecto, pues según un esquema que podría considerarse “tradicional” o “antiguo”, la recompensa es aquella acción que premia una buena conducta estimando la permanencia de aquel buen comportamiento, mientras que el castigo, por su parte, es la consecuencia de lo contrario, el cobro de una mala acción con un propósito correctivo procurando entonces asegurar la no repetición.
Sin embargo, el tema ha sido polémico desde que conocemos los índices del maltrato infantil, pues de acuerdo con informes de la Fundación Aldeas SOS Colombia, aproximadamente 68 niños resultan maltratados a diario, dato que ubica al país como una de las naciones con más altas cifras de maltrato infantil, ajustado cerca de 24.000 denuncias de casos al año. Considerando también que no todos los casos son denunciados, sino solo un 30% de estos.
Inicialmente, hablar con los niños es clave, implementa el diálogo podría resolver conflictos, tener en cuenta sus ideas y mostrarles acompañamiento. Así mismo, usar disciplinita, pero, sin violencia ni maltratos de ningún tipo, físicos ni verbales, el diálogo permite llegar a acuerdos.
Llevarlos y recogerlos en el colegio es una muy buena táctica, además de acompañarlos en sus labores académicas, esto demuestra interés por sus procesos y actividades, así mismo, mantenerse al tanto de sus vacunas, alimentación, y desarrollo físico y emocional.
Por eso, en ‘La Voz de la U’ hablamos sobre “Mitos de la crianza: castigo y recompensa” con Sonia Elena López Pulgarín, trabajadora social, especialista en Trabajo Social Familiar, magíster en Educación, doctora en Humanidades, y docente e investigadora del programa de Trabajo Social de UNIMINUTO Seccional Antioquia – Chocó, quien detalló la influencia de la crianza en un individuo:
Además, expresó también aquella diferencia entre la crianza antigua y la crianza actual:
Finalmente, y como seres humanos sociales, demostrarles afecto es primordial en el proceso de crianza y relacionamiento, que no sobres manifestaciones de cariño con abrazos y besos, además de elogiar sus esfuerzos, recalcando sus logros, motivando sus proyecciones y manteniendo niveles de paciencia en la enseñanza.