Un mensaje de vida y reconocimiento

En la audiencia general, Francisco habló de Simeón y Ana, figuras bíblicas que son ejemplo de una vejez “capaz de reconocer los signos de Dios”, y advirtió contra la anestesia de los sentidos espirituales que impide distinguir entre el bien y el mal: en el mito de la eterna juventud, hoy muy extendido, “se esfuerza por crecer una cultura de la ternura”.