La salud mental es un aspecto fundamental para todas las personas, ya que afecta tanto a la calidad de vida como al bienestar emocional. En Colombia, la situación de la salud mental ha sido un tema de preocupación en los últimos años, especialmente después de la pandemia del COVID-19.
Según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social, en Colombia se estima que el 9,9% de la población padece algún trastorno mental, lo que representa más de 4,7 millones de personas. Además, se reporta que el 16,7% de la población ha presentado síntomas de ansiedad y el 8,6% ha reportado síntomas de depresión.
En cuanto a los jóvenes, el panorama no es alentador. Según la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015, el 17,4% de los jóvenes entre 18 y 24 años presentan síntomas de depresión, y el 16,4% presentan síntomas de ansiedad. Sin embargo, para el año actual las cifras podrían ser mucho mayores por el paso de la pandemia, las protestas sociales y demás acontecimientos que han afectado la salud mental de los jóvenes colombianos.
Y es un hecho que la pandemia del COVID-19 ha agravado aún más la situación de la salud mental en Colombia. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia ha generado un aumento de los trastornos mentales en todo el mundo. En Colombia, se estima que el 70% de la población ha experimentado algún tipo de impacto emocional negativo debido a la pandemia, todos estos acontecimientos han dado paso a un mal mayor; el suicidio. Este es un problema de salud pública en Colombia que efectivamente ha ido en aumento en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en 2020 se registraron 4.310 casos de suicidio en el país, lo que equivale a una tasa de 8,7 por cada 100.000 habitantes. En comparación con el año anterior, hubo un aumento del 7,5% en el número de suicidios.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud y Protección Social, el grupo de edad más afectado es el de 20 a 29 años, seguido por el de 30 a 39 años. Asimismo, las regiones con las tasas de suicidio más altas son Valle del Cauca, Antioquia, Bogotá y Cundinamarca.
Es importante destacar que el suicidio no es una causa natural de muerte, sino que es prevenible. La intervención temprana y efectiva en la salud mental es fundamental para prevenir el suicidio y mejorar la calidad de vida de las personas que sufren trastornos mentales. Es necesario promover la educación y conciencia sobre la salud mental, así como brindar acceso a servicios de atención y tratamiento de calidad para las personas que necesiten ayuda.
Por eso en ‘La Voz de la U’ conversamos sobre ‘Atención a la conducta suicida’ Con Gladis Patricia Montoya Cano, psicóloga, magíster en Psicología Clínica y docente del programa de Psicología de UNIMINUTO seccional Antioquia – Chocó, quien habló las conductas suicidas más comunes que manifiestan las personas con estas condiciones:
Hablemos de estadísticas, cada minuto se suicida una persona en el mundo. Es decir, al año se puede estar suicidando 800.000 personas. La tasa de suicidio en Colombia a nivel general está en 5.04, en Antioquia está en 13.6 ¿Qué quiere decir esto? Que hay una alerta generalizada en el departamento de Antioquia por el número de suicidios que se están presentando. También puede ser consecuencia de la pandemia, pues vimos una conducta llamada Conducta Para-Suicida que se estaba presentando con mucha frecuencia, entre estas conductas se encuentra las autolesiones, no letales, que puede ser el cutting, es decir arañarse, arrancarse las pestañas, arrancarse el pelo, quemarse, verterse agua caliente o agua demasiado fría, unas conductas que dañan a la persona que ella misma lo inició y que puede a futuro llevar a la ideación suicida. Entonces miren esa primera conducta que es tan importante. Ahora, también hay personas que dicen, nadie me quiere, nadie me comprende, yo no tengo pareja, yo no consigo a nadie, no sé por qué estoy en este mundo, a ese tipo de verbalización hay que estar muy alerta, eso quiere decir que la persona está perdiendo el sentido de vida, que su proyecto de vida se está distorsionando, que a futuro no ve nada. ¿Entonces, qué sucede? Esa persona empieza a planear el no estar en este mundo, con pensamientos como: me gustaría acostarme y no despertarme.
Gladis Patricia Montoya Cano, psicóloga, docente del programa de Psicología de UNIMINUTO seccional Antioquia – Chocó
Además, explicó como identificar estas conductas en las personas que silenciosamente nos están pidiendo ayuda:
Esta esta situación de pedir ayuda es supremamente importante, las personas que planean llevar a cabo el acto suicida consumando, son personas que tienen déficit para la resolución de conflictos, dificultad para manifestar el desacuerdo, incapacidad de buscar ayuda y los déficits que esa persona presenta es una falta de desarrollo de habilidades que le van a dificultar la adaptación a este medio, a sus exigencias. Tiene que ver también con la educación que le hemos dado a los jóvenes, quizá han escuchado comentar de la generación de cristal, de la generación de los niños que vinieron a este mundo a ser protectores, de los hiperactivos que son niños muy especiales. Nos hemos vuelto tan tolerantes, están tan difusos los límites de estos jovencitos, quieren conseguir las cosas de una manera inmediata, si no lo logran, su nivel de frustración y de tolerancia es muy bajo, entonces optan por quitarse la vida.
Gladis Patricia Montoya Cano, psicóloga, docente del programa de Psicología de UNIMINUTO seccional Antioquia – Chocó
El aumento de los casos de suicidio en Colombia es preocupante, especialmente después de la pandemia del COVID-19 y requiere de la atención y acción de las autoridades y la sociedad en general. Es importante tomar medidas para prevenir el suicidio y mejorar la salud mental de la población, promoviendo la educación, la conciencia y el acceso a servicios de atención y tratamiento de calidad.