Por: Danniela Rodríguez
Este proyecto se empeñó en demostrar que piezas breves podían sostener industrias, abrir caminos y contar historias con el peso de un largometraje. Es el Bogotá Short Film Festival – BOGOSHORTS, evento que en sus más de veinte años ha cambiado la manera como se concibe el corto en Colombia y en buena parte de Latinoamérica.
El festival no se limita a proyectar obras en diciembre, cuando tradicionalmente toma la ciudad con funciones en salas y escenarios alternativos. Detrás hay un ecosistema diseñado para que los cortos no se queden en el anonimato, integrado por un mercado profesional, BFM – BOGOSHORTS Film Market, una agencia de distribución BOGOSHORTS Film Agency y un movimiento cultural que respira cine durante el año.
La misión que guía a BOGOSHORTS desde su nacimiento es abrir un espacio para cortos que destaquen en lo estético, técnico y narrativo, que merezcan llegar a más públicos. El festival, además, es calificador para los Premios Óscar y Goya, que les da a los cineastas una posibilidad real de catapultar sus obras al escenario internacional.
Más allá del prestigio, el evento busca ser un laboratorio vivo. Allí convergen estrenos, retrospectivas, talleres y conversaciones con realizadores de distintos rincones del mundo. Gracias al BFM, se tejen redes entre productores, programadores y distribuidores que permiten que los cortos encuentren ventanas de circulación más allá de un festival puntual.

Detrás de este engranaje está Jaime Manrique, fundador y director de Laboratorios Black Velvet, gestor cultural que ha trabajado durante más de dos décadas en exhibición, comunicación y distribución cinematográfica. Además de dirigir el festival, creó la agencia y el Movimiento BOGOSHORTS, un punto de referencia para cineastas latinoamericanos.
Manrique ha sido invitado a espacios internacionales como Decision-maker en Cannes y en festivales de clase A, que demuestra el reconocimiento ganado por su trabajo en el circuito global.
Su apuesta se centra en Bogotá, en fortalecer una cultura de cortometraje que produzca, y que exhiba, distribuya y dialogue con la ciudad.
“Bogoshorts nació en el centro de la ciudad, desde una condición puramente urbana, como una reunión de amigos en un bar, punto de reunión que fue madurando y expandiéndose hasta convertirse en un festival calificador a los Premios Oscar y Premios Goya, con una audiencia muy poderosa.” Menciona Manrique.
El impacto de BOGOSHORTS no se mide solo en los días del festival, su Film Market se ha consolidado como un punto de encuentro donde productores emergentes presentan proyectos, se realizan ruedas de negocios y se generan alianzas para darles vida a cortos que, de otro modo, podrían quedarse en el guion.

Bogoshorts Film Agency funciona como un puente con festivales internacionales y plataformas digitales. La agencia se encarga de diseñar estrategias de circulación para que los cortometrajes viajen a muestras en Europa, Asia y Norteamérica, o se inserten en catálogos de exhibición alternativa y educativa. Lo que comenzó como un festival es un motor que alimenta la vida útil de sus películas.
“El festival recibe más de 4500 cortos en la convocatoria de más de 120 países, y tiene un posicionamiento internacional que se vuelve una plataforma de circulación para creadores locales, y una posibilidad para que las audiencias vean trabajos de otras partes del mundo”, cuenta Manrique.
Con cada edición, la ciudad se transforma, las salas se llenan, los parques se convierten en escenarios de proyecciones al aire libre, y los cineastas locales comparten espacio con directores internacionales.
No es casual que muchos hablen de BOGOSHORTS como un festival de ciudad, porque más allá de su impacto en la industria, convierte a Bogotá en un escenario cinematográfico.

Hablar de BOGOSHORTS es hacerlo de un movimiento cultural que le ha dado identidad a un formato muchas veces marginado. Un espacio donde realizadores jóvenes encuentran la oportunidad de estrenar, y donde cineastas expertos vuelven a experimentar con la libertad del corto.
Queda claro que mientras exista la pasión de quienes organizan y asisten, este festival será un faro para el cortometraje en Colombia y América Latina.
Escuche la emisión del programa aquí: