Por: Faryd Anthuan Valencia Rey Integrante del semillero de investigación Soundterra UNIMINUTO
Jazz al Parque celebra este año su edición número 28. El festival nació en 1996 como parte de la estrategia cultural del Distrito para abrir espacios gratuitos, masivos e inclusivos. En aquel momento, la ciudad atravesaba un proceso de transformación social tras décadas marcadas por la violencia urbana y la estigmatización juvenil. Apostar por la cultura como herramienta de convivencia fue un gesto poderoso: se trataba de recuperar el espacio público y ofrecer alternativas de encuentro a través de la música.
Con el tiempo, el festival se consolidó como uno de los más importantes de jazz en América Latina. En sus escenarios se han presentado tanto grandes figuras internacionales como agrupaciones emergentes de la escena bogotana. Para muchos músicos locales, este festival ha sido la puerta de entrada a públicos masivos y un trampolín hacia nuevas oportunidades artísticas. Hoy, Jazz al Parque es sinónimo de acceso democrático a la música y de reconocimiento del jazz como un lenguaje universal.
El jazz, desde su origen en las comunidades afroamericanas de Nueva Orleans, ha sido símbolo de resistencia, libertad y creatividad colectiva. En Bogotá, este género encontró un espacio fértil para la experimentación. Las Big Bands distritales, los proyectos de fusión con músicas tradicionales colombianas y los ensambles universitarios han mantenido viva la tradición mientras la transforman con nuevos sonidos.
Para IDARTES, el festival representa un reconocimiento al jazz como pieza esencial de lo urbano. Cada edición refleja los cruces culturales y las tensiones sociales de la capital, al tiempo que celebra su diversidad sonora. La ciudad se convierte en escenario y protagonista: parques y plazas se transforman en espacios de encuentro, donde miles de personas comparten la experiencia de escuchar música en vivo, gratuita y de calidad.
Más allá de los conciertos, Jazz al Parque tiene un fuerte impacto en la vida cultural de Bogotá. Por un lado, promueve la formación de públicos, acercando a jóvenes, familias y melómanos al jazz, un género que muchas veces se percibe como elitista. Al presentarse en un parque abierto, pierde ese aire exclusivo y se convierte en un bien común.
El festival también ha sido inspiración para la creación de colectivos musicales, Jam Sessions y proyectos pedagógicos que fortalecen la escena local. En barrios, universidades y academias, los ecos de Jazz al Parque se sienten en cada músico que decidió tomar un instrumento después de asistir a alguna de sus ediciones.
En el plano turístico, este tipo de eventos contribuyen a posicionar a Bogotá como capital cultural de América Latina. Visitantes de otras ciudades y países llegan para vivir la experiencia, lo que dinamiza la economía local y proyecta una imagen positiva de la ciudad como un lugar donde el arte tiene espacio.
El festival coincide con septiembre, mes internacional de la prevención del suicidio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este contexto, Jazz al Parque se presenta como un espacio para la paz y la reflexión. En contraste con el ruido del caos citadino, la música ofrece un ambiente de calma y esperanza. La improvisación jazzística, que siempre deja espacio a lo inesperado, puede leerse como una metáfora de la vida misma: un recordatorio de que siempre existen nuevas posibilidades.
La edición 2025 contará con una variada cartelera de artistas locales e internacionales.
Sábado 6 de septiembre
- Biselad (Bogotá) – 1:00 p. m.
- James Holguín Cuarteto (Bogotá) – 1:50 p. m.
- Minor Sing (Francia) – 2:45 p. m.
- Nicolás Gámez (Bogotá) – 3:50 p. m.
- Antonio Arnedo (Bogotá) – 4:45 p. m.
- Camila Bañados (Chile) – 5:50 p. m.
- Anzola New Trio (Bogotá) – 7:05 p. m.
- Tigran Hamasyan (Armenia) – 8:00 p. m.
Domingo 7 de septiembre
- Locos Lucas (Bogotá) – 12:30 p. m.
- Matijasevic (Bogotá) – 1:20 p. m.
- Holman Álvarez (Bogotá) – 2:15 p. m.
- Sur Wave (Bogotá) – 3:20 p. m.
- Last Jeronimo y Mexica No Jazz (México) – 4:15 p. m.
- Chiguire (Bogotá) – 5:30 p. m.
- Claudia Gómez (Medellín) – 6:25 p. m.
- Joshua Redman (Estados Unidos) – 7:30 p. m.
Para disfrutar del evento sin contratiempos, IDARTES recordó algunas medidas:
- No está permitido ingresar alimentos ni bebidas externas (el parque contará con zonas gastronómicas).
- Se prohíbe el ingreso de objetos cortopunzantes, carpas, camisetas de equipos de fútbol, cámaras profesionales y drones.
- Por seguridad, se recomienda no asistir en estado de embarazo.
- Es aconsejable llevar efectivo, ya que no habrá cajeros automáticos y no todos los puntos de venta aceptan pagos electrónicos.
Quienes han asistido en años anteriores coinciden en que Jazz al Parque es más que un concierto: es un ritual ciudadano. Familias que llevan mantas para sentarse en el césped, amigos que se reúnen alrededor de un picnic improvisado, turistas curiosos que descubren la riqueza cultural de la ciudad y músicos jóvenes que sueñan con algún día estar en ese escenario.
El ambiente es diverso y pacífico. La música fluye y, con ella, las conversaciones, los aplausos y los silencios atentos durante un solo de saxofón. Cada edición deja la sensación de que Bogotá, por un momento, respira al ritmo del jazz.
Este fin de semana, el Parque El Country será el epicentro de la improvisación, la convivencia y la creatividad colectiva. Una oportunidad única para disfrutar de la riqueza musical de la capital y del mundo.
Jazz al Parque 2025 no es solo para los conocedores del género: es para todo aquel que quiera dejarse llevar por los sonidos, encontrarse con otros y redescubrir la ciudad desde la música.