Cuando el temor a una deuda se acecha, el antídoto según varios expertos en finanzas es la cultura del ahorro. Sin embargo, tras una extensa pandemia que además afectar la salud, viene afectando el bolsillo, hablar de ahorro se convierte en algunos casos en una utopía. Según el portal económico PORTAFOLIO, el primero es conocer cuánto gana y cuánto gasta, sumando todos sus gastos mensuales, tanto los grandes como los pequeños, le permitirá hacer un plan durante el mes en curso.
Lo segundo es definir metas de ahorro, por supuesto se recomienda iniciar con metas pequeñas que le permitan aportar desde sus capacidades y al final conocer las posibilidades que el acumulado le ofrece. Como tercero recomiendan compartir las metas. Los compromisos y responsabilidades económicas del mes podrían ser asumidas de forma colectiva con su núcleo familiar, buscando así las posibilidades de recortar gastos y encontrar mejores utilidades colectivas.
En cuarto punto, detectar y cancelar fuentes de gastos, sin necesidad de afectar su estilo o calidad de vida, podría determinar qué suscripciones de servicios de entretenimiento, tecnología y otros, no necesita o no utiliza con suma frecuencia. Como quinto, diseñar un plan de gastos, por ejemplo: realice la lista de mercado antes de salir a abastecerse y procure seguirla rigurosamente, evitando caer en productos no incluidos solo porque están en promoción, el resultado será efectivo para el bolsillo.
Y finalmente, establezca un presupuesto anual que incluya un plan de ahorro, tras combatir los gastos innecesarios y haber respirado de algunas deudas, podrá estipular entre sus compromisos mensuales, una cuta destinada a su ahorro, que, durante un tiempo definido, será un dinero intocable.
Así, en ‘La Voz de la U’ conversamos sobre ‘Educación financiera para sobrevivir a un crédito’ con Zachary Múnera Gil, coordinador de la Cooperativa Minuto de Dios, quien expresó las diferencias entre crédito y deuda:
Básicamente, son lo mismo, sino que en contexto jurídico el crédito tiene una parte legal, donde hay unas consecuencias jurídicas, las deudas como tal se pueden mirar desde un contexto mucho más informal. Por ejemplo, yo puedo tener una deuda con una persona, por decir un prestamista, un externo, firmar una letra de cambio, y como todos sabemos, no tiene ningún concepto jurídico para cumplir esta obligación, se hace desde un principio de la buena fe, pero no hay una garantía real para cobrar ese crédito. Mientras que los créditos son entregados por entidades financieras, o por entidades de comercio y tiene unas consecuencias jurídicas y documentos reglamentarios para hacer el cobro de la obligación.
Zachary Múnera Gil, coordinador de la Cooperativa Minuto de Dios.
Por otro lado, manifestó la forma en la que el crédito podría convertirse en un aliado:
Es importante conocer que los créditos son importantes para toda nuestra vida, en el momento en que un estudiante inicia su vida crediticia ya puede más adelante, hacer otro tipo de solicitudes para hacer una adquisición de vivienda de vehículo y este nos va a permitir abrir el mundo financiero y el mundo de todo lo que tiene que ver con los créditos, cuando nosotros no tenemos vida crediticia y esto en el momento de otorgar uno, nos van a negar la solicitud. Es importante que tengamos una buena cultura de pago y segundo una historia crediticia para ser sujetos de crédito en cualquier entidad bien sea financiera o de comercio.
Zachary Múnera Gil, coordinador de la Cooperativa Minuto de Dios.
Ningún ahorrador en potencia inició sin dudas de destinar a una reserva aquel recurso que necesita y que quizá ni siquiera le sobra, sin embargo, la actividad le permitió en mediano plazo, realizar importantes inversiones que lo impulsaron a conseguir nuevos propósitos.