El jefe de la delegación del Gobierno en la mesa de negociación con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, Armando Novoa, aseguró que tras un año de conversaciones se han logrado algunos avances, “Hoy hemos conseguido algunos resultados que vale la pena resaltar: la destrucción de material explosivo, la puesta en marcha de un programa de sustitución en varias áreas del departamento del Putumayo y el avance en zonas de ubicación temporal para los miembros de esta organización”, explicó.
Uno de los mayores desafíos ha sido evitar que las comunidades sean instrumentalizadas por los grupos armados. Según Novoa, “las comunidades tienen independencia y autonomía, al punto que varios de sus voceros han hecho reclamos por acciones de la Coordinadora Nacional. Pero hay un tema complejo y es la sustitución de cultivos ilícitos, controlados por actores ilegales, y la necesidad de subsistencia de las familias”.
El proceso vivió un momento crítico tras los incidentes en el departamento del Putumayo, donde dos uniformados estuvieron a punto de ser quemados en medio de una protesta, sobre estos hechos, el jefe de la delegación del Gobierno sostuvo, “Nuestra delegación, en razón a la gravedad de la circunstancia, decidió suspender los diálogos en ese momento. Sin embargo, luego de verificar los hechos y escuchar a las comunidades, decidimos reactivar la mesa, pues no hubo evidencia palmaria de que los Comandos de la Frontera fueran responsables”.
Para el jefe negociador, las dificultades son inherentes a este tipo de procesos, “En este tipo de mesas de diálogos lo permanente son las crisis. Lo excepcional es que fluyan sin contratiempos, porque se trata de actores al margen de la ley, en territorios donde también está presente la fuerza pública y comunidades en su zona de influencia”.
Finalmente, recordó las lecciones del acuerdo con las FARC en 2016. “Los diálogos no deben durar más de tres años, no deben adelantarse fuera del país y tienen que producir resultados inmediatos. Hoy, con la Coordinadora Nacional, estamos aplicando esas lecciones: destrucción de explosivos, sustitución de cultivos, zonas de ubicación y una salida jurídica. Este no es un asunto ideológico, es un propósito de país”.