Ibagué, 31 de diciembre de 2025 – Lo que parecía una tarde más de trabajo para Andrea terminó convirtiéndose en una noche distinta. Distinta para ella, para sus compañeras y para quienes, día tras día, habitan y transitan el Parque Andrés López de Galarza, en el corazón de Ibagué.
Como casi siempre, Andrea —nombre con el que se presenta en su oficio— llegó a la una de la tarde a casa de su hermana. Allí dejó a sus dos hijas, de 9 y 7 años, se cambió de ropa y se preparó para salir a recorrer las calles que rodean el parque. Una rutina conocida, repetida, y aún más exigente en diciembre, cuando la Navidad contrasta con realidades que pocas veces se detienen. Sin embargo, esa tarde algo empezó a sentirse diferente.
Desde temprano, camiones cargados de luces, sonido y carpas comenzaron a ocupar el parque. El movimiento despertó curiosidad, comentarios, expectativas. El rumor se fue regando entre vecinos, comerciantes y habitantes de calle: el Tour Navideño 2.0 de la Gobernación del Tolima llegaría esa noche al sector. La noticia también alcanzó a Andrea, quien, por primera vez en mucho tiempo, decidió cambiar el rumbo de su jornada. Esa noche no sería de trabajo; sería para compartir con sus hijas.

“Me parece muy hermoso el evento que están haciendo acá. Es un cambio, algo diferente, que no se vea siempre lo mismo. La integración con los niños es muy bonita”, dijo Andrea mientras observaba a sus hijas correr entre juegos, luces y música.
Entre villancicos, actividades recreativas, una cena compartida y regalos, el parque se transformó en un espacio de encuentro. No hubo distancias ni etiquetas: solo familias, risas y una Navidad que, por unas horas, llegó también para quienes casi nunca son el centro de la celebración.
“Gracias porque nos están colaborando. A veces a nosotras, las trabajadoras sexuales, nos toca muy duro con los niños. Esto hace que ellos se distraigan, que uno saque el tiempito para traerlos. Estoy muy alegre”, expresó con la voz serena, pero cargada de emoción.
Esa noche, el Parque Andrés López de Galarza fue más que un escenario: fue un lugar donde la Navidad se sintió cercana, humana y posible. Un recordatorio de que la gestión pública, cuando se piensa desde la inclusión y el respeto, tiene la capacidad de transformar espacios, historias y miradas. Porque en el Tolima, incluso en los lugares más invisibilizados, la Navidad también llega… y lo hace con dignidad, esperanza y sentido de comunidad.
Sandra Mahecha – Secretaria de la Mujer.








