Por: Sonia Milena Torres
Se ha vuelto común escuchar el trueno de los dados cuando golpean el vidrio del parqués, o los gritos del vecino diciendo “gané” o “stop”. Y es que durante la cuarentena muchos han retrocedido en el tiempo para recordar esos juegos con los que abuelos y padres se entretenían en su época joven.
Parqués
Es un juego autóctono colombiano que deriva del parchis español y éste a la vez del Pachisi de la India. El tablero era una representación del jardín del emperador Abdul Momin, sultán de Brunei en 1852, allí el emperador se colocaba en el centro y las fichas representaban a las mujeres más bellas de la India que se peleaban el honor de estar con él. Se dice que fue traído por los esclavos británicos, llamados Culís, cuando llegaron a Centro y Suramérica a trabajar en los ingenios de azúcar y otras plantaciones.
Cual sea su origen, es un juego de mesa que los abuelos conocen a la perfección hasta llegar a la osadía de apostar plata. El objetivo del juego es dar la vuelta entera al tablero con las cuatro fichas, antes que los demás. Se avanza dependiendo del número que sumen los dos dados con que se juega. En el camino los jugadores se encuentran tropiezos, trampas y estrategias que ponen los demás para impedir llegar al destino.
Inicialmente se podía jugar desde 2 hasta 4 personas, pero con el tiempo se fueron agregando puestos al tablero hasta llegar a los 8 jugadores. Igualmente, la tradición era jugar con 4 fichas, pero con 6 dura más la partida al complicarse el recorrido por el tablero.
La apuesta de dinero le introduce más acción al Parqués pues hay que pagarle al jugador que saca la primera ficha, al que las manda a la cárcel y el que gana el “parquesado”. Por eso, la estrategia es fundamental para ganar o por lo menos, no perder tanto dinero o procurar quedar en tablas.
Ahora también es conocido entre la juventud como “parchis” porque se puede jugar de manera virtual, sin embargo, la emoción de sacar pares en los dados, de correr y estacionarse en Salida o Seguro y de matar una ficha del contrincante no se puede transmitir a través de la virtualidad.

Yas
Se dice que su llegada a Latinoamérica se remonta a principios del siglo XX cuando los inmigrantes asiáticos la trajeron. En Colombia se conoce como Yas pero en otros países latinoamericanos también es popular como el juego de matatenas, jacks, payaya (Chile), yaquis (Cuba), payana (Argentina), entre otros. Su nombre se deriva del náhuatl matatena: llenar de piedras.
La destreza de quienes lo juegan es la que va a establecer el ganador y, a diferencia de otros juegos, el azar no es determinante. Se juega sobre una superficie lisa, una pequeña pelota y un grupo de fichas. Se lanza la bola y con una sola mano se intenta atrapar la mayor cantidad de fichas antes de que la pelota vuelva a caer, por eso se dice que la ansiedad y los nervios por el movimiento rápido de las manos son los sentimientos comunes de este juego.
Se puede jugar de manera individual o con varias personas. Cada uno toma un turno y gana el que al final de la ronda tenga más Yas o hasta que algún jugador pierda la pelota o fracase en tomar las piezas.
El yas se solía encontrar entre los obsequios que hacían parte de las piñatas de cumpleaños La rapidez es la clave en este juego de mesa.

La pirinola
Así se le conoce en Colombia, pero en Latinoamérica es más conocida como la Perinola. Es un trompo de material duro que tiene en sus contornos distintas escrituras. La idea es hacerla girar para que se detenga en alguna de sus 6 caras y hacer lo que ésta diga: “Pon 1”, “Pon 2”, “Toma 1”, “Toma 2”, Toma todo” y “Todos ponen”.
Este juego es de azar y tiene sus orígenes como instrumento para las apuestas de los soldados de la antigua Roma. Los jugadores se reúnen, cada uno con un número igual de fichas, fríjoles y hasta monedas para seguir la dinámica de la cara que vaya saliendo a medida que se va girando.
Se puede jugar entre 2 o más personas. En caso de que la cantidad a tomar sea todo, el montón se vuelve a formar como al inicio del juego y los jugadores que se vayan quedando sin fichas se eliminan. Gana el que haya obtenido la mayor o toda la cantidad de lo apostado.

Triqui
Triqui es el nombre que se le da en Colombi al juego de El tres en línea. En países como España, Ecuador y Bolivia es conocido como Ceros y Cruces; Michi en Perú; Gato en Chile, Costa Rica y México; Tatetí en Argentina y Paraguay; Totito en Guatemala y Tic-Tac-Toe en Estados Unidos.
Los elementos para jugarlo son comunes como el lápiz y papel. Se juega entre dos personas en un recuadro de 3 x 3 y en cada partida se busca llenar espacios seguidos con una X o un círculo. Gana el que logre realizar una línea recta o diagonal con un mismo símbolo.
Se puede jugar cuantas veces se quiera, sin embargo, las personas no tardan mucho en descubrir cómo se empata en el juego y así se convierte en un final perfecto.

Dominó
Juego que fue creado en China durante la dinastía Yuan, donde se referían a los “pupai” (juegos de placas o dominós) y a los dados como objetos vendidos por los mercaderes durante el reinado del emperador Xiaozong de los Song (1162-1189).
El dominó está compuesto por unas fichas rectangulares, cada ficha está dividida por dos cuadros y en cada cuadro se colocan puntos que están dispuestos como los dados, de 1 a 6. La puntuación habitual es de 0 a 6 puntos, lo que compone un total de 28 piezas de dominó siendo la ficha más grande la del 6 doble.
El juego se puede practicar entre 2 personas o más y se inicia colocando las fichas boca abajo sobre la mesa y se mezclan para que los jugadores las recojan al azar en igual número cada uno, normalmente 7.
En su turno cada jugador colocará una de sus piezas, la idea es solamente ubicar dos piezas juntas cuando los cuadrados adyacentes sean del mismo valor. Si un jugador no puede colocar ninguna ficha en su turno tendrá que pasarlo al siguiente jugador o tomar una ficha de las sobrantes.
Si algún jugador se queda sin fichas y tampoco quedan sobrantes, se dice que dominó la partida y ganó. En Colombia también se juega por equipos hasta que alguno alcanza los 100 puntos.

Stop
Juego tradicional entre las familias colombianas. Consiste en elegir una letra del abecedario para, en el menor tiempo posible, escribir un nombre, apellido, ciudad, cosa, color y animal. Normalmente se juega en un cuadro dibujado en hojas de cuaderno y por cada palabra bien escrita se definen los puntajes y el ganador.
Este juego está elaborado para las mentes y las manos rápidas, además es una forma creativa de practicar las letras del alfabeto, los números y el vocabulario, aprender ortografía y explorar nuevas palabras.
Puede ser jugado entre dos o más personas, solo se necesita un lápiz y un papel. El juego comienza con la letra que todos escoja y gana el que llene los cuadros y grite “stop”, en ese momento todos deben parar de escribir. Se pueden agregar casillas al juego como país, comida y plantas. Todos los jugadores comparten sus respuestas y se les asigna un punto por cada palabra escrita. Gana el que mas punto obtenga.
