Por: Alexa Geraldinne Ruiz Barrera
Conocida como la cocaína rosada, o como el bazuco de los gomelos, el Tussi, es una droga sintética que está compuesta por diferentes reactores químicos nocivos para los sistemas respiratorio y nervioso central, que supone un peligro para las nuevas generaciones.
Esta droga, por lo regular viene en discretas bolsas de colores llamativos como el rosado, el azul o el morado, que la hace atractiva para los muchachos.
En Colombia se estima que la edad promedio para el inicio de consumo de sustancias alucinógenas está alrededor de los 13 años, en su mayoría entre la población escolar, según el Ministerio de Justicia y del Derecho, en un estudio de 2023 que demostró que el 54% de personas que consumen drogas como el Tussi tenían entre 25 y 36 años, y agrega el informe que el 36% restante alude a personas entre entre 18 y 24 años. Este estudio fue realizado en establecimientos donde solo se permite el ingreso a mayores de edad. En el mismo orden de ideas, según datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), un aproximado del 9,4% de adolescentes son consumidores y tienen un rango de edad entre los 12 y 17 años.
El Tussi se considera una sustancia peligrosa, debido a que, en su fabricación se emplean ingredientes nocivos, como afirma la Corporación Acción Técnica Social (ATS), en el marco del proyecto Échele Cabeza Cuando se dé en la Cabeza, en colaboración con el Grupo de investigación en Cromatografía de Técnicas de la universidad de Caldas, donde presenta los resultados de 25 muestras de Tussi. Que comprobó que la base del coctel sigue siendo la Ketamina.

Un fabricante de esta sustancia cuya identidad quiso mantener en secreto, comenta que su preparación se puede comparar con la elaboración del arroz de cocina, una mezcla de diferentes químicos como Ritrovil, Clonazepam, y Cetona, y en algunos casos extremos incluye Heroína más la Ketamina, el químico que le da la consistencia y el efecto al Tussi.
Esta es una droga impura, debido a que no está fabricada con base en una sola sustancia química, y por tanto se trata de un coctel de varias, explica Heidy Jiménez, química investigadora de la Universidad Nacional de Colombia, que señala: “su consumo se presenta regularmente por las vías respiratorias, debido a su presentación en polvo, aunque también es soluble en diferentes bebidas. Jiménez agrega que, dado que es una droga moderna, su mayor consumo se da entre las poblaciones jóvenes, en ambientes como discotecas o fiestas.
Inicialmente, cuando esta droga aún no alcanzaba el Bomm, y no estaba tan disponible como ahora, su consumo se daba preferencialmente entre jóvenes de alto estrato social, indica Jiménez. Con el tiempo se encontraron diferentes formas de sintetizarla, y dado que no es una droga cuyo proceso de fabricación no es estandarizado, resulta más accesible para poblaciones de menos estrato social pues su precio puede fluctuar si se elabora con productos de menor costo.
Debido a que no es una sustancia pura, cuya producción se adelanta en laboratorios clandestinos sin controles de calidad, no existe una fórmula estandarizada, sin embargo, incluye componentes principales como la Ketamina que actúa como anestésico y que produce alteraciones en la percepción y en la conciencia, que puede provocar alucinaciones, pérdida de coordinación motora y aumento de la presión arterial. También está El DMA/EXTASIS o 2CB que actúan como estimulantes, que aumentan la liberación de Serotonina, Dopamina y Norepirefrina que generan sensaciones de euforia y aumento de energía que producen deshidratación.
En algunos casos se ha encontrado que también tiene Metanfetaminas que funcionan como otro estimulante del sistema nervioso central. La Cafeína es otra sustancia del Tussi, un estimulante, que, aunque más leve en combinación con otras sustancias, aumenta el riesgo de arritmias. Opioides como la Morfina, la Heroína o el Fentanilo (50 veces más fuerte que la heroína), se unen con receptores que son proteínas que se ubican en el sistema nervioso central y en la médula, y es justo cuando se producen los efectos de alivio, sedación o euforia.
Esta combinación de estimulantes y opresores pueden llevar a efectos devastadores para el sistema nervioso, porque aumentan el riesgo de convulsiones, arritmias o crisis hipertensivas. Respecto a cuánto dura el efecto del Tussi, se estima que sus efectos tienen un promedio de entre 30 minutos a 4 horas.

Según Heidy Jaramillo, esta droga representa un problema muy grave para la población que la consume, porque tiene efectos inmediatos, y porque presenta consecuencias a largo plazo: “Desde un punto de vista científico sabemos que tiene un impacto neurológico severo porque altera el sistema nervioso central, altera el equilibrio de neurotransmisores importantes como la Dopamina, la Serotonina y el Glutamato, por lo que el consumo prolongado de sus componentes principales como Ketamina y el MDMA, van a generar daño en las neuronas serotoninérgicas y glutamatérgicas, esto afecta regiones como el Hipocampo que se encarga de la memoria, y de la Corteza Prefrontal que es responsable de la toma de decisiones, lo cual provocará una atrofia cerebral y alteraciones en la conectividad neuronal, que en algunos casos podrá ser irreversible” señala Jaramillo.
Con respecto a las consecuencias de la liberación de Dopamina, el cerebro empieza a generar un tipo de adaptaciones, debido a que este neurotransmisor está ligado a la motivación, por lo que el uso de drogas que liberan en gran cantidad esta sustancia del cerebro puede generar una alteración en los circuitos de placer, lo que conlleva a la incapacidad de sentir placer en actividades cotidianas, y esto provocará que el consumidor necesite dosis cada vez más grandes y seguidas con el tiempo para sentir el mismo efecto inicial.
En cuanto a su afectación social, el consumidor, conforme pasa el tiempo, tendrá repercusiones cotidianas que lo obligarán a depender de esta sustancia para sentirse bien, que lo llevará a su búsqueda compulsiva, y ello deteriorará su nivel académico o laboral, porque experimentará problemas de concentración, motivación, alteraciones en su ciclo del sueño y aislamiento social, afirma la experta.
Finalmente, según el Ministerio de Justicia, en un estudio adelantado entre 2013 y 2020, se identificaron 28.541 defunciones debido al consumo de drogas, que presentaron resultados positivos de toxicología que se asocian a sustancias psicoactivas.