El reciente colapso del gobierno francés y las masivas protestas que han sacudido al país no son eventos aislados, sino manifestaciones de una crisis europea profunda que abarca tanto la dimensión económica como política, según el análisis del profesor John Freddy Gómez, docente de Ciencias Políticas de UNIMINUTO.
Las protestas del 10 de septiembre, que movilizaron a más de 200 mil personas en 800 puntos de concentración bajo el lema “Bloqueemos todo”, dejaron 470 detenidos y evidenciaron el profundo descontento social ante las medidas de austeridad propuestas por el gobierno de Emmanuel Macron.
La situación económica francesa presenta cifras alarmantes que, según el profesor Gómez, ilustran la magnitud de la crisis. Francia mantiene una deuda pública que supera el 114% de su Producto Interno Bruto, una cifra que contrasta dramáticamente con los estándares internacionales que consideran sobreendeudado a un país cuando supera el 55% del PIB.
“Si Francia produjera todo lo que realiza durante un año sin consumir nada, aun así debería un 15%”, explicó el académico, calificando esta situación como “ilógica para los estándares de política fiscal”.
El plan de austeridad del ex primer ministro François Bayrou contemplaba recortes por 44 mil millones de euros (aproximadamente 180 billones de pesos colombianos), incluyendo una reducción de 4 mil millones de euros destinados al sistema de salud. Estas medidas, que representaban entre el 10% y 15% del presupuesto general, provocaron la caída del gobierno y las subsecuentes manifestaciones.Audio-file6.pdf
Inestabilidad política sin precedentes
La crisis política francesa ha alcanzado niveles históricos. En los últimos dos años, Emmanuel Macron ha nombrado cuatro primeros ministros, siendo el más reciente Sébastien Lecornu, quien asumió el cargo tras la dimisión forzada de Bayrou. Esta rotación constante refleja la fragmentación parlamentaria que dificulta cualquier intento de reforma estructural.
La agencia calificadora Fitch rebajó la calificación soberana de Francia de “AA-” a “A+”, citando la “fragmentación y creciente polarización de la política interna” como factores determinantes. Esta degradación encarece el financiamiento público y agrava la crisis fiscal del país.
El fin de la françafrique y sus consecuencias económicas
El profesor Gómez destacó un factor crucial que profundiza la crisis francesa: la pérdida de control sobre sus antiguas colonias africanas. El sistema neocolonial conocido como “Françafrique”, basado en el control del franco CFA, ha comenzado a desmoronarse.
El franco CFA, utilizado por 14 países africanos, se imprime en Francia y genera significativas transferencias de recursos hacia la metrópoli. Sin embargo, el surgimiento de gobiernos nacionalistas en el Sahel africano ha fracturado este sistema monetario, privando a Francia de una fuente importante de estabilidad económica.
“Los países del Sahel se han independizado, se han generado gobiernos nacionalistas y han fracturado una moneda que era particularmente emitida en Francia”, señaló Gómez, explicando cómo esta situación contribuye a la actual crisis fiscal francesa.Audio-file6.pdf
Europa: un panorama continental de crisis
El académico enfatizó que Francia representa apenas un síntoma de una Europa en decadencia generalizada. La crisis se extiende por todo el continente:
- Reino Unido enfrenta severas dificultades económicas bajo el gobierno conservador.
- España presenta un gobierno del PSOE debilitado, con creciente influencia del partido de extrema derecha Vox.
- Alemania contempla desmantelar el estado de bienestarAudio-file6.pdf
- Portugal eligió un gobierno de extrema derecha con políticas de reducción del gasto público.
El factor energético y la guerra en Ucrania
Un elemento central del declive europeo identificado por el profesor es la guerra con Rusia, que ha desnudado las vulnerabilidades energéticas del continente. Europa ya no recibe petróleo y gas baratos de Rusia, viéndose obligada a comprarlo a precios elevados a Estados Unidos y otros países.
Esta situación genera costos energéticos prohibitivos, especialmente críticos para países que requieren calefacción durante varios meses del año, con temperaturas que pueden descender hasta -30°C. La alta demanda energética combinada con precios inflacionarios ha erosionado significativamente los salarios de la población europea.

Un horizonte incierto
La ausencia de alternativas políticas viables agrava la crisis. Según el análisis del profesor Gómez, ni la derecha, ni la extrema derecha, ni la extrema izquierda presentan un programa político confiable para resolver los problemas estructurales que enfrenta Francia.
Esta situación plantea interrogantes fundamentales sobre el futuro del proyecto europeo como modelo de integración basado en la solidaridad y la construcción de un horizonte común, un propósito que, en palabras del académico, “al día de hoy parece que lo han perdido”.
La crisis francesa trasciende las fronteras nacionales y se convierte en un símbolo del agotamiento de un modelo económico y político que durante décadas definió la identidad europea en el escenario internacional.