En los últimos años han salido a la luz varias series y miniseries con una temática que desarrolla de manera compleja a personajes dentro de sus temores y su aislamiento forzado causado por una condena, gracias a espacios como las penitenciarias y todo lo que lugares como este, implican en las personas, en sus cuestionamientos, como el muy buen desarrollo de una miniserie llamada Time (Condena) del 2021 y más recientemente, la maravillosa película Sing Sing.

Sumando toda la problemática que implican este tipo de situaciones y un lugar tan hostil como una cárcel, se le suma la calidad narrativa y la profundidad de los personajes que tiene el cine danés, que nunca decepciona. En esta oportunidad y luego de estar en el Festival de cine de Berlín, con la dirección del sueco Gustav Möller llega a salas de cine Hijos (Sons), una historia tan penetrante como impactante y tan eficazmente hecha, como la manera que concluye,
Hijos, además de tener una dirección fluida y bien hecha, entra en espacios donde es posible percibir como su protagonista Eva, interpretada por la contundente y espectacular actriz danesa Sidse Babett Knudsen, hace que su personaje se desarrolle en sus diferentes transiciones y emisiones de tal forma que el eje narrativo de la historia recae en ella por completo y nunca la sobrepasa, gracias a que la actriz nacida en Copenhague logra involucrar tantas características sobre sus cuestionamientos, que la película marcha con su interpretación.

La cinta cuenta la historia de Eva, una guardia de prisiones de conducta ejemplar, la cual descubre que el asesino de su hijo cumplirá la condena en la cárcel en la que ella trabaja. Eva pide que la dejen trabajar en el módulo en el que él estará encarcelado, aunque es el más conflictivo y de alta seguridad.
Möller hace que, desde un principio, las atmosferas interpretadas en cada plano se conviertan de a poco en algo que va de fuera hacia dentro, y Eva hace que los pensamientos se muestren, así no sean evidentes, en algo que la carcome cada vez más, mientras pasan los días y su vida se llena de culpa, mientras el espectador solo conoce ciertas cosas y la trama se convierte en algo tan intrigante como sorprendente.

Asimismo, mientras la intriga se convierte en un aparente hilo conductor, se construyen cuestionamientos profundos sobre la maternidad, la responsabilidad que supone esta tarea, como tambien conlleva la promesa de como madre y los sacrificios que la sociedad dicta, pero una vez más, el ser humano es impredecible y los sistemas sociales castigan con lineamientos morales y eticos a lo que supuestamente esta mal sumando cuestionamientos a una historia que nunca decae.
Hijos logra encontrar un ritmo interesante y constante, gracias a un guion parejo y redondo donde no se esfuerza por ser algo demasiado complicado, sino se dedica ha desenvolver sentimientos humanos que se traducen y conllevan a la ira y a la autodestrucción inconsciente, gracias a las consecuencias de los actos y como se relaciona la existencia con todos ellos, llevando una carga que se relaciona con muchas emociones entre ella y el personaje de Mikkel (Sebastian Bull Sarning) para lograr una cruda historia que entre rejas, fuertes simbolismos donde la luz no llega, la oscuridad del ser humano, el recurso de pasillos largos y la desolación de algo tan poderosamente destructivo como la culpa, la cinta logra encontrar varios picos.

Por un lado, cada personaje expuesto en la historia logra encontrar un lugar justo y practico como el de Rami (Dar Salim) el jefe de seguridad del patio 0 o el corto pero revelador papel de Helle, la mamá de Mikkel que propone que en ocasiones no hay algo que hecha a perder, sino que siempre ha estado dañado.
Hijos logra ser tan desorientante y cruel como la realidad que rodea el mundo carcelario y todas las circunstancias que lo rodean y también revela como todos los actos y sus consecuencias afectan tan profundamente a las personas que los sufren, como a las que están al margen de las circunstancias, ya que, desde la complejidad del ser humano, siempre hay oscuridad y luz y nadie esta exento de tal cuestionamiento. Juzguen ustedes.