Mucho se habla del alcance taquillero de Ne Zha 2, película de animación china que sorprende al mundo por los más de 2200 millones de dólares que ha recaudado hasta el día de publicación de este texto, del también director chino Jiaozi, un gran ejemplo de cómo el nivel de epicidad visual de una película puede crecer sin desentonar y sin hostigar durante 2 horas y 24 minutos de metraje, logrando una película interesante, entretenida y con buenos personajes.
Entre la competencia del gigante asiático en varios tipos de mercado en el mundo, China cuenta con Coloroom Pictures de Enlight Media y Coco Cartoon, una productora propia que desarrolló este largometraje de animación, con sede en Chengdu, que es más que competente para competir de frente con los grandes estudios de animación del mundo, que nunca han tenido este alcance en taquilla.

Ne Zha 2 no se limita a continuar llenando los espacios dejados por los moldes definidos por otros estudios y supuestos mercados que buscan más de lo mismo, porque siguen el desarrollo de sus personajes tomando como punto de partida su cultura, sus mitos y leyendas, para armar una historia de aventura, drama, algo de humor y una acción trepidante que se muestra con intención, no como muchas películas occidentales que derrochan secuencia tras secuencia para llenar metraje para justificar grandes presupuestos, apoyados en el nombre de alguna franquicia de robots que hablan o de automóviles voladores que en sus historias resucitan personajes sin vergüenza por el espectador.

Esta sorprendente película china avanza en su segunda parte que continúa la historia de Ne Zha, un niño demonio criado por humanos que forma una incómoda alianza con el príncipe Loong, Ao Bing, en una batalla épica para proteger a sus clanes. Después, sus cuerpos se tambalean al borde de la destrucción. Ne Zha debe embarcarse en una peligrosa búsqueda para obtener un elixir que restaure el cuerpo de Ao Bing. Durante este viaje para matar demonios, Ne Zha descubre una conspiración que desencadenará una guerra devastadora entre el bien y el mal, y deberá desafiar a fuerzas traicioneras para proteger lo que más aprecia.

Si bien la película presenta un buen contexto en su arranque, no sobra ver la primera parte para estar afín con la historia y disfrutarla más. Sus grandes personajes hacen que se tome partido por alguno de ellos entre las grandes luchas libradas durante la cinta, cuya evolución de personajes desde sus emociones y cómo los conflictos pueden llegar a ser tan intensos, desarrollan un valioso drama, aumentando el simbolismo de cada lucha y de la acción que puede llegar a ser conmovedora.

A pesar de que gran parte del público llegue a referenciar muchos personajes desde la cosmovisión asiática (que es muy extensa) de sus personajes, Ne Zha 2 arma una historia sólida entre la intriga y cómo el poder y la ambición marcan las consecuencias, para dejar un mensajes sin miedo a mostrar lo cruel que puede ser, sin la ya molestia narrativa blanca de estudios como Disney, que por lograr la calificación de todo público para tener una audiencia más amplia, deja sin el impacto pertinente muchas de sus historias, temor que esta segunda parte no tuvo sobre las consecuencias del poder y de mostrar los sacrificios de las guerras y su dolor, acompañado de estímulos constantes para estas nuevas audiencias llenas de redes sociales y falta de intereses por un producto que quiere contar una buena historia, que el nivel de atención no permite.

Para mí, Ne Zha 2 creó una epicidad cinematográfica que servirá de punto de referencia en adelante, posiblemente para estudios como Marvel y para lo relacionado con grandes secuencias de acción que dejen al espectador con ganas de ver más, porque esta película china deja una secuencia anunciada, que espero con curiosidad.

Muchas intrigas por resolver, villanos bien establecidos y otros que lo serán. Héroes legendarios y la clara promesa que una tercera parte será también espectacular visualmente, ya posicionada, con estudios chinos que continuarán estrenando productos de estos, que lograron cautivar un público global que ahora no solo mira a América, sino a japón, Corea y China como grandes precursores de historias que no están tan desgastadas como las occidentales, aunque todo resulte ser una versión de otra versión, de otra versión. Juzguen ustedes.