Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 BELLO | 🔈 SOLO MÚSICA

[Crítica] Wicked For Good: Jon M. Chu no sólo cierra un musical, convoca un duelo de almas entre la luz y la sombra, donde la amistad es el último acto de resistencia.

Hay películas que se ven, otras que se atraviesan entre sensaciones como un horizonte lleno de formas, y este es el caso, que con música y una historia que le da más vida a El mago de oz (1939), un clásico impulsado con la gran conclusión de este viaje entre Wicked (2024) y Wicked: For Good, segunda parte de esta épica conclusión dirigido por Jon M. Chu, que tenía gran expectativa, pues la primera entrega ofreció una deslumbrante visión del mundo mágico de Oz como un carnaval de colores y melodías. Esta secuela se adentra en sus grietas, en sus letras pequeñas y oscuras, en las zonas donde la mística se vuelve política y la bondad, una máscara que se resquebraja.

- Patrocinado -

Elphaba (Cynthia Erivo) y Glinda (Ariana Grande) ya no son solo arquetipos enfrentados: son heridas abiertas que caminan. En esta entrega y tras desafiar al régimen totalitario del Mago en Oz, Elphaba debe enfrentarse a su identidad como bruja mala del oeste. Mientras tanto, el Mago le ha otorgado a Glinda el título de Glinda la buena y un estatus público como defensora de la nación frente a Elphaba. Las dos brujas deben tomar decisiones que sellan sus destinos en esta segunda entrega de la adaptación del popular musical de Broadway.

Las dos se firmaron bajo la misma producción, como si fueran espejos rotos que intentan reflejarse mutuamente. En esta conclusión la dirección apuesta por una estética más sombría, melancólica y sentida, donde los escenarios se expanden como sueños febriles y las canciones, menos descriptivas, pero más emocionales, surgen como pensamientos introspectivos que se convierten en confesiones a media voz.

Wicked: For Good es, en el fondo, una elegía sobre la incomprensión, sobre el riesgo de ser diferente, en donde no se encaja y es un reto ser fiel a sí mismo, donde la bruja mala no es mala, sino incomprendida. La bruja buena no es buena, sino cómplice y se ve envuelta en un artificio donde es mejor una mentira amable que una verdad reveladora, bajo un diseño maravilloso de producción, en un musical que vibra de colores y alimenta obras que se convierten en leyenda, que supo combinar un recuerdo añejo, reconstruido con su misma esencia.

Resalta nuevamente la química de sus protagonistas entre la complejidad de la interpretación actoral, el peso dramático y la interpretación musical, donde Jon M. Chu  demuestra una vez más su impecable dirección, factores que crean la narrativa del relato que se convierte en un ritual de duelo por la inocencia perdida, juntando hábilmente tres películas que parecen una, cuyo metraje nunca cae en el exceso, porque el tiempo nunca se hace demasiado en sus 2 horas y 18 minutos de duración, llenos de coreografías y de alegorías, que encuentran de forma honesta el equilibrio entre el teatro, el musical y el cine.

La música, aunque irregular, logra una vez más proponer el ritmo, pero el cine obliga a no repetir canciones en ambas películas, pero al contrario de limitarla, las nuevas canciones crean una atmósfera de intimidad entre Elphaba y Glinda, donde cada mirada y gesto, articulan una historia llena de encanto, hasta en los lugares con menos luz, que logran recordar que este lugar no solo está escrito para escuchar, sino para recordar.

Wicked: For Good no es perfecta, y por pasajes la primera resulta más atractiva visualmente, y aunque su narrativa a veces se tambalea, y su búsqueda de emotividad a través de sus personajes es ambiciosa, por momentos se ve amenazada en el debilitamiento de su centro emocional, pero las emociones no son perfectas, sino la resonancia que representan, y esta, con sus luces y sombras, resuena como un eco antiguo entre la memoria de un clásico del cine y el nacimiento de otro, entre dos mujeres que se amaron en un mundo que las dividió y las obligó a ser algo que nunca fueron. Juzguen ustedes.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: jorge.perez@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares