Por Daniel Rojas Chía
Este año, la muñecas más famosa de todos los tiempos y convertida en un icono pop hace muchas décadas, llega al cine de la mano de la talentosa directora de cine Greta Gerwig, con un elaborado guion de su autoría para deconstruir una figura femenina que pretende reconfigurar las formas, Gerwig toma esa figura y busca transformar el fondo.
Gracias a la enorme estrategia de parte de Warner Bros Pictures para poder visibilizar la película como un acontecimiento especial, la cinta protagonizada por Margor Robbie y Ryan Gosling generó gran expectativa desde muchos frentes como su diseño de producción, su vestuario, y reproducir sus mensajes desde todo el universo de una de las muñecas más emblemáticas en la historia.
Es interesante como la directora toma el símbolo de lo que representa Barbie, como punto de partida para recrear los imaginarios alrededor de la mujer, en donde la mentalidad social en general a reprimido durante siglos y a puesto detrás del hombre solo por la idea absurda de ser inferior.
Gloria Steinem, periodista, escritora y defensora de los derechos de la mujer, dijo: Una persona feminista es cualquiera que reconozca la igual y la plena humanidad en mujeres y hombres. Esta idea se ha ido complejizando gracias a diferentes factores culturales y de opresión histórica que se han ido desarrollando a lo largo de los años hasta crear conflicto entre las mismas ideas, pero hay canales donde desarrollar idea masivamente como el cine y Greta Gerwig lo sabe.
Las temáticas actuales las cuales aborda Barbie son tan relevantes como visualmente consolidadas, gracias a este deleite visual inundado de rosa que aborda maravillosamente el universo de la muñeca y hace que todos sus personajes interactúen de manera familiar para una audiencia que conoce así sea de manera leve, el mundo de este juguete de Matel.
Dentro de la ironía, la comedia y el sarcasmo, se puede ver el desarrollo de una Margor Robbie tan convincente como física, ya que su aspecto es más que adecuado para representar a la protagonista, logrando un personaje que se complejiza a sí mismo, pero que nunca llega a tomar una gran profundidad. Esto no es negativo porque no es necesario, ya que los mensajes que propone la película no necesitan de ese factor y gracias a esa aparente visión superficial, toman más fuerza cuando se desarrollan en la narrativa.
Es también el caso de Ken, desarrollado por un fascinante y entretenido Ryan Gosling logrando diferentes estados en su personaje y construir ideas sobre la masculinidad de manera irónica, pero real. Precisamente el personaje de Ken logra captar la esencia social de lo que significa ser hombre y la posición privilegiada que recalca todos los días bajo sus conductas y como la misma mujer refuerza ese patrón.
La directora logra desarrollar mensajes potentes sin perturbar al espectador y desde la comedia, logrando su punto más alto, al desarrollo ideas complejas sin el ánimo de entrar en debates desgastaste y mostrando que las ideas claras son concisas, mientras se miren sin tantas barreras y el humor lo soluciona desde el punto de vista de la película, resaltando lo que dijo Charlotte Perkins, activista estadounidense, líder del movimiento sufragista en los
Estados Unidos. Ella dijo: No hay un pensamiento femenino. El cerebro no es un órgano sexual desde lo político. Barbie es una película que encuentra un diferencial importante partiendo de un empaque vacío que representaba algo, pero como la sociedad, es dinámica y cambia sus maneras y sus formas. Margor Robbie logra explicar de manera didáctica las ideas feministas y reflejar lo destructivo que pueden llegar a ser los ideales machistas que tanto tiempo han sido parte de la sociedad y hasta de su consumo.
Disfrute de una de las directoras más talentosas de su generación con una película de un poco menos de dos horas de duración que se ríe de sí misma, de su propio sistema e intenta dejar claro, que hay muchas cosas que debemos mejorar.